Queridos amigos pampinos:
Por esas
cosas de la vida, encontré esta foto ayer en la red. “Alguien” me la reenvió,
(no tengo explicación), no tenía mensaje.
Quise por supuesto
de inmediato rescatarla y reenviársela a la Maestra Zahira Suárez, mi “Madrina”
en las lides religiosas del Santuario de María de Antofagasta, hermana también
de nuestra querida y recordada profesora pampina Juanita Suárez. Y entonces se
me pasó el día en diversas actividades y hoy me levanté temprano con la idea de
cumplir con esa intención y recordar esa hermosa familia pampina que
conformaban Don Juan Suárez y Doña Olga
Cabello.
Mi amiga Irene
González anoche, muy tarde, (y yo ausente,
por alguna reunión de Iglesia por allí), me envió una lamentable noticia que produce
una “explicación” inexplicable a
todo este acontecimiento que les cuento y que me mantuvieron en permanente conexión
espiritual en el día de ayer con la querida familia de Don
Juan Suárez, que vivían en su tiempo atrás
de la Asociación Social y Deportiva (Don Juan era chofer de la ambulancia, muy
querido y aparece en esa foto que acompaño con su nieta), en esa
casita que en su tiempo era todo un hermoso jardín, un verdadero oasis vergel,
con abundantes árboles y plantas de todo tipo, que le daban un ambiente de frescura y hasta “olor
a campo” a ese sector, en medio de nuestro acostumbrado (y amado) calor. En esa verde “comarca”, una casita de madera oculta
bajo los frondosos pimientos, (era como una casa
gigante de muñecas), pero que empleaba en muchas tardes mi amada maestra
ocasional, CARMENCITA SUAREZ, que me enseñaba, sin ser profesora, lecciones de matemáticas, y algo de lectura en esas tardes en que mi mamá
me enviaba a estudiar y aprender un poco
más.
Carmencita
era la dulzura, la bondad. Tenía un aire de religiosa, pensé siempre que
abrazaría el hábito por ser una joven de mucha fe y de una vivencia religiosa y
espiritual ejemplar, que también era la
esencia de todas las hermanas “Suárez Cabello”, muy devotas todas y fieles feligreses de nuestra Parroquia “San Rafael
Arcángel”, junto a sus padres, que frecuentemente asistían a las misas celebradas por el querido Padre
Juan.
Se me llena
el corazón de nostalgias y emoción,
pues CARMENCITA SUAREZ, u OLGA DEL CARMEN
SUÁREZ CABELLO, (Q.E.P.D.), en el día de
ayer ha dejado este mundo y se ha ido al encuentro feliz con
el Señor, por quien sirvió la mayor parte
de su vida.
Quise retransmitirles
este sentimiento, al decir de mi amiga Irene González, la querían mucho y le decían
en sus ambientes de amistad “PECHY”, (con cariño), y para mí Carmencita fue
siempre dulce, tierna y me enseñaba las lecciones de “aritmética”, con mucho
cariño, y nunca olvidaré sus enseñanzas
y sus condiciones naturales de educadora, aunque en la vida no siguió esa
natural vocación, empleando otros caminos. “Pechy” mostraba con su actitud y
rostro siempre radiante de luz, el mejor
testimonio de ser mujer de Dios.
Por esas
cosas de la vida, en años posteriores nos encontramos en Antofagasta, en el “Santuario
de María, donde junto a sus hermanas, (y curiosamente también con Irene González)
eran asiduas participante de la “Campaña
de la Virgen Peregrina” de Schoenstatt. La hermana mayor, Zahira, en ese tiempo era la Coordinadora de esa Campaña
y siempre estaban atentas a servir al Señor.
Allí me
invitaron a participar en esa hermosa obra
y me hice “Peregrino de María”, celebrando mi “Alianza de Amor con María”,
gracias a sus enseñanzas y preparación y juntos cumplimos grandes tareas y grandes Misiones con
Carmencita, Juanita y mi “Madrina” Zahira.
Por eso que,
con mucha pena y natural nostalgia, deseo compartir esta noticia, pues no cabe
dudas que muchos de ustedes la recordarán.
Olga del Carmen
Suárez Cabello, (Q.E.P.D.) aparece en esa foto de la revista Pampa, (la 3ra
de izquierda a derecha en la fila superior), y a través de esta nota, comparto la infausta noticia y tristeza de su partida, entendiendo
que se marchó feliz, pues siempre su vida
fue de una permanente entrega a la obra del Señor, y no cabe duda que
descansa en paz en los aposentos del cielo, que la reciben con sus ángeles en esta hora que sólo ella
puede hoy experimentar.
Sus restos
están siendo velados en la “Parroquia Transfiguración del Señor” en la
Coviefi y su deceso se produjo ayer, 21 de Abril de
2023, en la ciudad de Antofagasta.
Descanse en
paz querida Carmencita, estará siempre en mi memoria y recuerdos y en mi
humilde y sentida oración, pues aparte de enseñarme matemáticas básicas en mi
niñez, me mostró el rostro de Jesús con su dulzura, su entrega, su amor y su amistad.
“SERVUS
MARIAE NUNQUAM PERIBIT” (“Un siervo de
María nunca perece”).
Que la
Virgen María, la Tres Veces Admirable te reciba en su seno y te acompañe en esa
eternidad.
Un abrazo al
cielo.
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