viernes, 31 de marzo de 2023

MADRUGADOR JORGE VALDIVIA CORTÉS

 


               Jorge Valdivia,  el amigo y hermano Cursillista de muchos años.

        Hace más de tres décadas, y algo más, que compartimos vivencias y experiencias de esos maravillosos encuentros   que se llaman "Cursillos de Cristiandad" y que nos llevan a compartir en el cada día de la vida, lo "fundamental cristiano".

        Hay mucho de común en la forma de compartir y disfrutar  de nuestras Madrugadas con Jorge y mis hermanos Madrugadores, y con el gran  y no disimulado orgullo y satisfacción de papá,  de contar como sacerdote que guía nuestro caminar de Peregrinos, el Padre Marcelo Valdivia, hijo de Jorge y nuestra querida Dirigente de Cursillos, Rectora y Profesora Base en múltiples oportunidades en esos equipos de trabajo que se organizan para el Señor, la Sra. Cecilia Gallardo, a quienes divisamos con esa alegría de padres felices con sus hijos, en la reciente Eucaristía en la que asumió Marcelo Valdivia como Párroco de la Parroquia  “Nuestra Señora de Guadalupe", con una solemne Eucaristía oficiada por Monseñor  Ignacio Duccasse, el recién pasado sábado 18 de Marzo.

 Hay en los recuerdos de la memoria de esos años, parajes fundamentales de la vida de cristianos que se nos enseñó en esos Cursillos, y en la figura de nuestros dirigentes que nos formaron y educaron;  podemos aun vislumbrar sus testimonios de vida, sus capacidades de sacrificio y entrega, y  todos sus dones puestos al servicio de la obra de la Iglesia y de Dios.

Jorge Valdivia es, fue y será siempre un referente de ser un Apóstol del Señor, y lo demostró con su vida, con su servicio, con su voluntad y  en esa entrega generosa  de esos tiempos tan difíciles en que hablar de Jesús era cosa casi oculta,   casi como los tiempos de hoy que hablar de Jesús es estar en el bando de los que no estamos de acuerdo con la  con la forma totalitaria de llevar la sociedad, la cual se ha encarado metódicamente en sacar poco a poco a Dios de la vida, relegándolo  a los rincones y ocultando su presencia en esas corrientes ideológicas que denostan al Cristianismo, que lo persiguen y lo ocultan pues es más fácil vivir sin Dios ni ley que permanecer  en esos caminos tortuosos y difíciles, pero no exentos de felicidad que nos regala Cristo  en su camino.

        Guardo de esas experiencias de “Cursillo” con mi hermano  Jorge, el mensaje permanente de su entrega, pero hay algo que no olvidaré jamás: LAS BIENAVENTURANZAS.

        Tenía una capacidad extraordinaria de aprenderse de un cursillo 50 nombres fácilmente y en pocos días conocer de la vida de todos y cada uno de quienes iniciábamos nuestra vida de cristianos gracias a esta inspiración del Espíritu Santo que ha transformado tantas vidas, llevándolas de los oscuros mundos de la ignorancia, a un mundo radiante como el arco iris de colores, que nos muestran esa otra fase de la vida que nunca logramos entender, si no tenemos a Cristo en nuestros corazones.

        Y Jorge tenía esa virtud. Nos  conocía, nos  apreciaba de corazón,  veía en nuestras miradas la necesidad de Dios, la ausencia de Jesús, y  descubría con su palabra y su amistad, nuestras fortalezas y debilidades. Era un dirigente cristiano inspirado por Cristo y al servicio de Cristo y era el mismo Cristo que nos amaba con sus abrazos fraternales y sus consejos de amor y servicio en  esas hermosas y únicas Bienaventuranzas que nos entregaba en esos días finales de los encuentros de Cursillo, cuando ya el alma recién comienza a sentir que la presencia de Dios se refleja tibia y maravillosa en nuestros corazones y sus palabras y amor expresado en  sus oraciones directas a nuestra mente provocaba esa mágica apertura que se dibujaba entre lágrimas y emociones, pues  sentíamos la presencia del Señor entre nosotros y esa llama del Espíritu Santo de Pentecostés quemaba el alma y la mente y  sentíamos que la felicidad al final llegaba a nuestros tristes y dolientes corazones y a la tristeza acumulada en nuestras duras almas, muchas veces cerradas por las contingencias de la vida diaria y   no nos permitían sacarnos esos nubarrones que opacaban el sol de la vida y  ocultaban de nuestras vida esos cielos diáfanos y pintados de colores que son otra realidad del duro mundo de la vida.

        Esa es mi percepción.

         Sé que él estará contento en este, su Quinto Día, que así llamamos, pues es el día del Encuentro con el Señor y con la vida y por ese ideal trabajamos tantos años enfrentados a tantas incomprensiones, a tantos dolores, a tantos rechazos e incomprensiones, pero que nos permitieron encontrarnos con nosotros mismos y aceptamos con nuestras penas y dificultades abrir nuestro interior para  encontrar el verdadero camino a la felicidad y   Jorge Valdivia fue un Apóstol  al Servicio de la causa del amor, sereno, pero también humano, pero profundamente convencido de que la vida al servicio de  Señor podría costarle la vida.  En una charla de esas que conocemos los Cursillistas decía: “Y  SEGUIREMOS TRABAJANDO SIEMPRE CON, POR Y PARA DIOS, POR EL ENCUENTRO DE LOS HOMBRES CON JESÚS, ASÍ NOS CUESTE LA VIDA”….

        Estuvimos desde un tiempo cobijándonos en el Alero del  Santuario, viviendo esa etapa especial de acercamiento a María , Nuestra Madre,  a vivir también la oración, el encuentro y la armonía de  quienes sentimos que el amor de cristianos, nunca muere más aun si nos cobijamos en el manto y el alero de María.

Y allí logramos nuevamente encendernos de la luz de Cristo, pero ya en una etapa distinta con mayor edad, quizás no con tanto ímpetu, pero aun mostrando nuestra caridad, nuestro amor y el compromiso adquirido de por vida en el Santo Servicio.

Hay muchas cosas que decir.

        El  sábado 18 de Junio, que es el Día de la Alianza de Amor con María y que se celebra en los ámbitos de Schoenstatt con gran devoción y alegría, estuvimos en ese gran evento de nombramiento de Párroco de uno de sus hijos, Marcelo. Lo vi radiante de luz, contento junto a su esposa. Le dije en tono de broma y cariño: “Te chorrea la felicidad”, agregando luego, un tema que explicaré más adelante referido a  un rescate de un   elemento usado en los Cursillos  y que fuera consumido y consumado con el fuego de un triste incendio la madrugada del 6 o 7 de Junio en la Casa de Retiros “San José”.

        Estamos en proceso de restauración de dicho elemento que fue siempre la “Casa del Señor” y que precisamente en los tiempos de Jorge Valdivia, fuera donado al Movimiento habiéndose realizado en esa oportunidad una hermosa procesión en  esa casa de retiro que usábamos los cursillistas de la calle Eduardo Lefort y fue Jorge, más sus hijos, quienes llevaron el Santísimo,  fabricado por un artesano de mejillones en con material de acero inoxidable, y colocado en esa Capillita en la que frecuentemente uno llegaba a  inclinarse en el Santísimo  a orar.

        Y cuando supo de la desgracia del incendio, conversando en esas visitas que tuvimos en esos encuentros en la Parroquia “La Merced”, donde era Párroco su hijo Mauricio, me decía: “Con Mauricio y Marcelo, eran pequeñitos cuando ellos me acompañaron  en esa misión de dejar el Santísimo en esa sala de Adoración de la Casa que tenía el Arzobispado  atrás del hospital, y que en la entrada tenía esa Imagen de la “Virgen de Lourdes” que hoy se encuentra también en la Casa de Retiro San José.

 

        Esa tarde del 18 de Junio, le dije lleno de alegría: “Prepara el discurso de la historia del Sagrario, pues ya estamos en tierra derecha y en poco tiempo más lo tendremos en condiciones de entregar restaurado al  Secretariado, como donativo,  y en eso debes estar tú y tus hijos y esposa, para nuevamente presidir la procesión de esta segunda oportunidad que nos regala la vida para seguir evangelizando a través de los Cursillos.”

 

        Y en eso “quedamos”.....

           (Fotos tomadas por el hermano "Chepo" Sepúlveda)








































                              (Otras fotos de mis archivos)












                                                  Otras