domingo, 21 de marzo de 2010

MADRUGADAS 2010







Aùn cuando desde el 27 de febrero ùltimo, estamos bastante despiertos, durante este ùltimo tiempo nos hemos aletargado, quedado un tanto dormidos, como mirando la tragedia, la pena, el dolor, el poder de la naturaleza, tratando de asimilar el sentimiento de nuestros hermanos y hermanas de Chile, que tanto sufren. Es decir, hemos tomado una actitud un tanto de bloqueo mental, por que no logramos entender tanto sufrimiento y no podemos comprender el còmo mitigar en una muestra de amor sincero, el sufrimiento de nuestro pròjimo.
Nos hemos enterado del sufrimiento de mucha gente, ligada tambièn a nuestro Santuario y a los Madrugadores. Hemos recibido correos generosos de hermanos de paìses hermanos, que han sentido el dolor de esta tragedia que, aún cuando nuestro suelo se ha mantenido firme, nos ha remecido el alma y la conciencia.
No hay còmo enfrentar esa fuerza y esa energìa que silenciosa corre por donde se apoyan nuestros pies, y es en cualquier momento que ella aflora violenta y nos acusa en una escala de richter o de otra la magnitud de lo que significa a la larga una tragedia de la cual no podemos medir sus consecuencias.
A la luz de los acontecimientos dolorosos, no cabe dudas que existirà un antes y un despuès. No es posible que podamos olvidar tan fàcilmente esta tragedia nacional. No es posible tampoco orientar nuestras vidas y enfrentar los desafìos del "futuro", sin darnos cuenta que somos tan fràgiles, que necesitamos màs de nuestras propias fuerzas, que tenemos que acrecentar nuestros sentimientos de humildad, por que en esta tragedia, dolorosa, y en ningùn sentido justificable, nuestro peor pecado puede ser la indiferencia, la falta de humildad, la falta de consuelo, y sobretodo la necesidad de fortalecer nuestra alma en un contacto de mayor intensidad con nuestro Padre Dios, y nuestras Santísima Madre Maria, a través de la actitud de la oraciòn, la que también nos debe permitir ser mejores que ayer, sufrir pero mirar tambièn con optimismo, a la luz de la fe, lo que debemos construir, entre el dolor y la tristeza, pero siempre puesta la esperanza en un mejor destino, en el cual todos debemos comprometernos a colaborar, a ayudar, a construir, a entregar. Eso es; a entregar. Entregar nuesro tiempo, entregar nuestras pasiones, entregar nuestros egoismos a travès de una renuncia personal y sobretodo a cultivar el amor, el perdòn la piedad la caridad y, dicho antes, la oraciòn.
Mostrar a Dios que su dura prueba nos ha hecho màs humanos mas solidarios màs sensibles. Entender que las gestiones y natural deseo de desarrollo pleno de los pueblos, no va aislado de un compromiso humano y cristiano, por que en eso debemos ser honestos, estamos preocupados hoy de ser "para mañana", estamos interesados en adquirir "competencias" que nos permitan enfrentar un mundo de conocimientos nuevos en donde lo aprendido es sòlo para nosotros, puesto que son las herramientas con las cuales enfrentamos nuestra propia necesidad de vida, sin entregar nada de lo nuestro, utilizando todos los medios en nuestro propio favor. Es decir, estamos preocupados que nuestros hijos sean lo que no fuimos, que sea la Universidad el mejor premio a lo que pudimos pagar para lograr en èl un profesional ojalá de elite, que traspase las fronteras de la familia para que sea ojalà famoso. Estamos preocupados de nuestra propias necesidad, de tener el último modelo de lo que sea del televisor del full equipo, del tunning personal, dejando de lado todo lo que más importa al hombre, dejando olvidado en el último rincón la razón de nuestra "verdadera" vida: el alma, el corazón, el sentimiento, LOS VALORES. Por que irònicamente es màs importante tener que ser, tener una linda casa, un buen auto, una regia situación social, para ganarnos el "respeto", los afectos y hasta las bienvenidas envidias de quienes son nuestros vecinos, a los cuales ni siquiera conocemos, jamàs saludamos, o no nos interesa darles "mucha confianza", por que no vaya a ser cosa que pasen todo el dia "golpeándonos la puerta".
Es asi el mundo y no creo equivocarme.
Pero nosotros estamos llamados a otra cosa, y què pena que tengamos que sufrir estos inmensos golpes para darnos cuenta de la verdadera vida, la que conduce a la verdadera felicidad, la que nos lleva a perfeccionar lo más importante y que bien cultivado alcanza para todos: el amor.
Hoy no quiero decir muchas cosas de nuestros planes futuros como Madrugadores, de que estamos empeñados en seguir cultivando nuestra corriente de vida y gracias para que Dios y la Mater nos favorezcan y nos permitan ser mejores cristianos, comprometidos con la causa.
Hoy no quiero decir nada de lo que siempre hemos dicho, que tenemos que abrir las puertas y los corazones junto a Maria, para mostrar al mundo esta mejor y única opción para ser mejores, la de la vida comprometida con las cosas de Dios.
No quiero hablar de eso todavia, por que el tiempo que nos ha tocado vivir, ha hablado por sí solo.
Los miles de héroes anónimos que han estado allí en primera fila, combatiendo con un espiritui solidario ejemplar, son la mejor muestra de lo que podemos ser. Cada dia mejores, cada dia más solidarios, cada vez màs generosos. Las riquezas no están en las cosas que yacen bajo las toneladas de escombros, ésas son sólo cosas materiales, la mayor riqueza está en esos gestos de amor sincero que nos han dado cada dia muchos compatriotas en cada rincòn en el que hemos podido enterarnos por la televisiòn. Pero hay miles de lugares, miles de personas, miles de situaciones, que aún desconocemos y que nos hablan de un espíritu de voluntad y de amor incomensurable, en los rincones más apartados de nuestro Chile, y en esos lugares donde no llegan los medios, por que alli no se vende mucha imagen.
Termino, aún cuando quedaron muchas cosas enredadas en el tintero, diciendo que seguimos en el intento de crecer, que tenemos la voluntad de crecer y de "vencer", que seguimos "sacrificando" esas mañanas de sueños, para orar por todos los que sufren, para pedirle a la Mater transforme nuestra alma y corazón, para ser mejores y encontrar y hacer que otros encuentren, la verdadera razón de la vida, el de perfeccionar nuestro amor, el de llevar nuestras palabras por el camino de la divinidad para que Dios, en su infinita bondad, se apiade de nuestras almas y nos permita ser mejores, cada dia mejores, con una voluntad inquebrantable de vencer nuestros propios pecados, nuestras propias debilidades para alcanzar, en el fin último, esa perfección del alma, que nos pemitirá alcanzar junto al Supremo, lo mejor de la vida: la Vida Eterna.
Ánimo Madrugadores, nos mantenemos unidos con todos ustedes y pidiendo a Dios su consuelo y su paz, especialmeente por los que más sufren.

Un abrazo sincero y gracias a Miguelito por la foto de la ùltima madrugada.....Les recuerdo este sàbado que viene, es decir el 27, tenemos madrugada, y despu`pes de ello una jornada especial de aseo, en preparaciòn por la semana santa.....Avisen por favor a sus amigos y hermanos.