lunes, 30 de octubre de 2023

Madrugada sábado 28 de Octubre 2023

 


Hemos estado al “DEBE” en los reportes de las Madrugadas. Algo ha ocurrido en los tinteros, se secaron quizás por tantas situaciones que han ocurrido y que nos han alejado de la esencia de lo que somos, a veces  nos dividen las ideas, las situaciones,  vivimos  más apegados a las cosas de la tierra que a las que nos deben realmente unir como son las celestiales, pero hemos perdido la constancia y  eso no tiene remedio , pues es una responsabilidad personal que me  he dejado  llevar por  tanta situaciones que de pronto apagan el ímpetu de la pluma y nos obligan a  quedar en el silencio y el anonimato de estas historias que nadie lee, se enciente que nadie tiene tiempo, pero que al menos quedan en el registro para el mañana.

            El Evangelio de hoy, en la   prédica del joven cura  Marcelo Valdivia, nos decía que   “NO TENEMOS MUCHO TIEMPO PARA DIOS”,  a veces el “ORAR” se nos dificulta, porque el  ambiente se llena de tentaciones más productivas para nuestros egos,  y vamos eliminando los tiempos que debiéramos tener para Dios y la Oración, y  preferimos  esas acciones que nos traen placer, descanso, solaz, flojera sueño, y vamos quedando  con ese sueño que nos envuelve y allí queda Dios y la Oración, y  vamos  contaminando nuestra vida espiritual con las actividades que nos parecen más importantes del día a día.

            Así que   se hace necesario seguir haciéndonos el tiempo, para estar un rato acá en las redes personales para recopilar con palabras lo vivido, para que alguna vez sirva de crónica futura, aunque ese “futuro” no existe, ni el presente, pues es ya pasado, y solo quedan las experiencias del ayer, que a nadie más les interesa sino a quienes la hemos vivido.

            Ayer conversaba sobre los “Recuerdos”, ese baúl precioso que cada cual guarda y que está lleno de acontecimientos. Allí están nuestras pertenencias más preciadas relacionadas con nuestra vida. En mi caso, mis malos poemas, mis canciones favoritas,  mis recortes de la prensa, mis acciones de trabajo graficadas en  apuntes varios de todo tipo, mis  recuerdos de estudiantes, de soldado ,  mi espada, mi gorra de milico, y todas esas cosas que son MIS RECUERDOS y que no quieres que nadie las lleve o que nadie te las quite, por que son lo que representa tu pasado, tu ayer, tu felicidad oculta en los caminos de la vida, pero; ¿Sabes? Llega el momento que esos recuerdos que son tan tuyos tan personales, tan “nuestros”,  se quedan allí olvidados en los cajones del mueble viejo, y se transforman en ese basural de  elementos que para nada sirven y que ya no son aporte  a las necesidades de tu vida, pues el día que te vas, ese valor que tanto le diste a las cosas materiales que son tu única posesión, se pierden en el olvido y nadie se acordará que esa insignia, esa moneda  con la estrella solitaria de la bandera era un premio a tu distinción como soldados, que ese Diploma con las firmas de la autoridad tan importante en tu tiempo y que ya ni siquiera vive,  también se torna en un papel inútil que ni guardarlo ni protegerlo ni  cuidarlo, trae alguna importancia.

            Tenemos todos colecciones de libros, de papeles, de diplomas de recuerdos, de “cachivaches”,  en las tecnologías de hoy, cientos de CD musicales, y cientos de DVD con películas que alguna tarde nos emocionaron y quisimos comprar para verla las veces que quisiéramos, pero que en realidad nos recordamos de ella hasta de sus actores, así que se tornan otro  elemento que solo se conserva, pues ni los modernos computadores te permiten  verlas, pues requieres ahora un llamado disco externo que pocas veces funciona.

            Tanto dinero perdido, tanta distracción que se ha quedado olvidada y todo eso son recuerdos, todo aquello está llenando espacios, cajones, cajas que son una pila alta que también ocupan ese cuarto que quizás vacío,  te permitiría tener un  lugar de relax de solaz, de lectura, de silencio……

            El tiempo que empleas en cuidar las cosas, en asearlas, en mantener la higiene , sacar el polvo de los  baúles, echar líquidos aerosoles para evitar los insectos,  y tener que ponerse mascarillas para evitar los polvos que te dan alergias, en verdad se tornan tiempos perdidos, aunque lo hagas rezando y conectado a  tu espiritualidad interior, sería mejor sentarse bajo un árbol y contemplar la naturaleza  y llevar tu mirada al  cielo y regalarte esa paz y ese tiempo en oración y en análisis espiritual de tu propia vida, pero te consumes con tantas cosas que  nunca podrás llevarte y que  en tu momento de la partida, solo serán un estorbo para todos los que vienen, pues nadie entenderá que el viejo libro de tapas verdes  que está en ese quinto lugar del estante de tu  biblioteca, tiene esas fotos que  guardaste cuando nació tu hija, o  la carta que te escribió tu esposa estando alguna vez solitario en el desierto cuidando en tus funciones de soldado la frontera. Ese libro  lo mirarán y  no tendrá ningún sentido para nadie, y  aun hay tiempo para que otros puedan disfrutar de su lectura.

            Si eso ocurre con las cosas materiales, ¡Cuantas cosas también son parte del recuerdo de nuestras situaciones espirituales!

            No tenemos tiempo para disfrutar de  los conocimientos adquiridos en los cursos de catequistas, en los libros que devoramos esas interminables tardes del verano, en tus estudios de teología, en tus  cientos de notas y fotos y que han quedado en las redes cuando tienes un simple blog en el cual guardar tus pensamientos y todo, pero todo, se va consumiendo, todo se va acabando.                 

            Se acaba la amistad, a veces hasta se acaba el amor, damos mucha importancia a las cosas materiales, y se va acabando lo más importante: la vida. Y vas quedando  solitario frente al mundo  y frente a Dios y  allí te das cuenta, que perdiste tanto tiempo en tantas cosas mundanas que hasta el Ser Supremo se olvidó de tí y allí caemos en la  desgraciada situación que  la vida se nos va, que quedamos abandonados al olvido  y que, lamentablemente, no podremos nunca más “disfrutar” de esas cosas que nos llenaron alguna tarde de satisfacciones y de alegrías o emociones.          

            Vendrán las enfermedades, la vejez, el dolor, la pérdida de quienes amas, con quienes vives, tus hijos se marchan, tus nietos crecen, tus enfermedades se agudizan, el carácter afable y sonriente que te caracterizaba es hoy  apatía, enojo fácil,  te interpretas todo  negativo, aunque la vida siga siendo positiva,  y ya estás acercándote nuevamente  a las sensaciones del pasado inicial de tu vida, al día de tu nacimiento, a ese día que dejaste el vientre materno con llantos y dolores y con los ojos temerosos de abrirlos al nuevo mundo, y hoy con el paso de los años, nuevamente te doblegas y se nublan los ojos porque ya pronto tendrás que irte y  con el mismo llanto con el mismo temor, con la misma ignorancia con que llegaste, y con todos esos defectos de tratar de  sobrellevar la realidad, que es la única verdad que enfrentamos en la vida cuando nos visite segura, confiada y serena la hermana muerte.

            Así que lo menos que podemos hacer hoy, y también como pérdida de tiempo, porque otros vendrán y con su naturaleza humana no aprenderán  de los que otros vivieron, sino más bien, escribirán sus propias experiencias, y experimentarán sus propias vidas, sin mirar las anteriores, seguiremos entonces  intentando seguir perdiendo el tiempo tratando de dejar  el testimonio del presente, por si alguien  quiere entender  el curso de la vida  y de la historia personal, para imaginarse  que el tiempo recorrido ha dejado huella en el pasar de la vida, y  servirá para valorar el  regalo divino de la vida, y el servicio del ser apóstoles.

            No dejemos nunca que en nuestros pasos Dios este ausente. Al Padre vamos y con Él nos encontraremos y todo lo que anhelamos  y quisimos pudiera ser en ese momento nuestra mejor realidad y verdad de un sueño que no conocemos,  pero que nos envuelve hoy en una vida llena de situaciones que creemos son importantes pero que en verdad nos llevan a   perder lo más importante y  las más verdadera felicidad que es la de estar vivos y llenos de esperanzas de un mejor mañana.

            Dios nos ayude y nos regale vida.


                                  FOTOS DE NUESTRO "ROSARIO" DE MADRUGADA














FOTOS DE NUESTRA EUCARISTÍA














Oraciones especiales por nuestro hermano Germán Aciares que está aun delicado de salud y está en el hospital de Coquimbo. Su hija nos envió esta foto.


"Hola soy la hija de Germán, agradecemos a todos su constante oración por mi papá el aún está hospitalizado.  Dios los bendiga de todo corazón ❤ "