domingo, 8 de mayo de 2011

Madrugada 7 de Mayo

















Doce fue el número, como el de los apóstoles, los que participaron en esta Madrugada de Mayo, en este tiempo en que celebramos la Pascua de Resurrección.

Los abrazos fraternos de quienes se aman como hermanos en Cristo, la acogida generosa y con buen espíritu a Juan Pablo, en su primera Madrugada.

Lo más importante, la oración junto a nuestro Diácono Sergio Carvajal, que aún con tantos problemas se enfrenta con un ánimo y una sonrisa y una clara visión de laico, a Evangelizar, a orar por los que sufren y a pedir a Dios y a su Santísima Madre, nos ayude a ser mejores y nos conceda sus gracias espirituales.

Recordamos a nuestros Madrugadores enfermos, a nuestros amigos que hace tiempo que no van, y pedimos por la recuperación de ellos.

En la hora de la reflexión, un interesante tema: "La alegría", a cargo de Polo y su sabiduría y sencillez, y quien nos dejó con pensamientos positivos para la semana.

En el desayuno sobrio y de hermanos, compartimos el pan humilde de la amistad sin dejar por ello de ser alegres y bromear con nuestras típicas formas de ser. A veces las bromas son solo eso y se mantienen en la línea del respeto mutuo y gracias a ello podemos convivir. Los que no conocen a Cristo, y que son más terrenales que celestiales, pudieran de pronto sentirse inquietos con nuestra sana alegría, pero es solo eso, sentido del humor, lo demás se debe dejar correr como el agua por el río y nunca hay ánimo de ofender o comprometer.

Lo que viene: El encuentro de Madrugadores en Punta de Tralca y ya tenemos seis confirmados. Esperamos aumentar la cantidad en las próximas semanas, para estudiar el financiamiento y los recursos necesarios.

Saludamos a los ausentes en nuestra memoria, oramos por los están con dificultades personales, de salud, y acogimos con cariño a un nuevo hermano que esperamos siga en la perseverancia.

Miguelito me mandó como siempre puntualmente las fotos. Claudio....aún espero. Pero es lo que hay.

Un abrazo a todos. Felicidades a vuestras esposas en el Día de la Madre y sobretodo nuestra gratitud a la madre del mundo, la madre del Salvador, nuestra Mater, que silenciosa y observante nos espera cada día para ayudarnos a seguir a su amado hijo Jesucristo.