lunes, 27 de agosto de 2018

MADRUGADOR AUSENTE


Antes de comenzar estas palabras, quisiera expresarles a mis hermanos Madrugadores de Antofagasta, la gratitud por tantos años compartidos en esta corriente de vida que nos ha unido por tantos años, y en las cuales hemos aprendido todos unos de otros y donde poco a poco hemos ido conociendo de nuestras vidas personales, de nuestros sueños e ideales, de nuestras tristezas y enfermedades, y también de esas ausencias que se van produciendo naturalmente en el camino de la peregrinación terrena, cuando a alguno de nosotros toca la hora de cumplir el llamado del Divino Maestro, y en sus Santos y en su Àngeles, partir a esa eternidad que Cristo nos ha regalado y que es la verdadera Vida Eterna, y por la cual nos hemos preparado con tanta convicción y deseo interior, reconociendo nuestra debilidad humana cuando nos toca vivir tan de cerca la partida de uno de los nuestros. Ayer fueron Diego, luego Emiliano, quizàs alguno que haya pasado por nuestro Santuario y que se haya quedado en otros caminos en otras ciudades, y hoy Mauricio, uno más de los nuestros, muy amado por Dios, y un servidor leal y fiel, que desde un largo tiempo compartió con nosotros también sus ilusiones y sueños y la larga y complicada enfermedad, que nunca lo dejó voluntariamente en cama, deprimido o derrotado, todo lo contrario, era ella, perseverante y antojadiza enfermedad, la que le daba tregua en nuestras madrugadas y le permitía acercarse a la fuente de Gracias cada sábado programado, no para pedir, sino para ofrecer con su voluntad y predisposición a la Madre Amada y querida por nosotros, que como a sus hijos, nos extiende sus brazos desde hoy para acogernos y recibirnos con la misma bondad y dulzura en cada uno de los encuentros que vamos viviendo en cada oportunidad y que nos van moldeando la vida y el carácter, buscando cada cual el hacernos dóciles, serviciales y humildes, sin por ello garantizar el que hemos cambiado del todo, cuando en verdad el proceso interior de la transformación nos lleva en una constante lucha para ser mejores. Hablando de Mauricio, que goza hoy junto al Señor de la Vida en ese lugar, al que esperamos todos alcanzar algún día, sus amigos y amigas reunidos por el mismo sentimiento de congoja, de alegría y de amor, (si es que pueden ir de una misma mano todo ese humano sentir), nos decíamos anoche, en la primera oportunidad que tuvimos de orar juntos frente a sus restos de su cansado cuerpo, las virtudes y defectos de su propia personalidad: Mal genio, buen amigo, hermano, sincero, artista, creativo, trabajador, humilde, servicial, ingenioso, locuaz, inteligente, y muchas otras calificaciones sanas que quisimos compartir, no para emitir juicio de su vida sino para saber las aristas de su propia existencia, y darnos cuenta que en verdad, nos queda para nuestro recuerdo y tranquilidad, todas esas virtudes propias de un gran ser humano, que nos acompañó con sus propios dolores, sus propios temores y sus sueños a los cuales puso lo mejor de sí, pero que a veces la vida no nos concede, porque pareciera que Dios a sus hijos predilectos, le coarta todo lo que resulte ser exitoso para nuestro diario vivir, sometiendo a sus hombres ángeles a inusuales sentimientos de sacrificio y de lucha, que lo purifican y lo preparan para el verdadero camino que todos hemos elegido, y que nos cuesta tanto a veces realmente creer. El convencimiento de lo que hacemos, de lo que profesamos, de lo que vivimos, de lo que añoramos, lo da en cada uno de nosotros la fe, esa misma que no puedes comprar en la equina en el almacén de abarrotes, esa que no puedes adquirir ni por mucho o poco dinero que tengas, esa que no te la regala ni siquiera la persona que más te ama, porque ella es tan sencilla, tan sobria, tan pequeña pero tan fuerte y necesaria, que brota solitaria en el interior de cada uno y nos transforma de verdad, sin la fe, no podríamos estar quizás sonrientes y tranquilos hoy, por que la fe nos da la respuesta a todas las necesidades espirituales de nuestras propias vidas. No pretendo dar lecciones, no soy nadie para eso, cada cual vive su experiencia personal de amor de fe y de servicio, solamente me quiero referir a que si bien en estos largos y hermosos años que compartimos junto Mauricio, le conocimos y aceptamos como era, buscando en él las virtudes del conocimiento y todo lo que lo caracterizaba, como ser transparente, entusiasta y servicial y que son las virtudes propias de un hombre de bien. Al rendirle hoy nuestro saludo, no queremos despedirlo, solo decirle que seguimos orado por èl, pero que ahora le pedimos que èl ore por nosotros, si bien ya no estará en nuestras madrugadas y será uno más de los necesariamente ausentes, estará también en nuestras oraciones y en nuestro corazón, y le pedimos que en esta Madrgada eterna que vive desde hoy, nos acompañe y nos ayude a ser mejores para que seamos dignos hijos de Maria y hermanos de Jesùs, para alcanzar alguna vez el lugar Santo que hoy lo cobija y en donde quisiéramos alguna vez por Gracia de Dios, juntos compartir. Descansa en Paz Hermano.

lunes, 2 de abril de 2018

MADRUGADORES SIEMPRE


Tengo una gran preocupación. Este blog ha sido como la bitácora de todas nuestras actividades pero de un tiempo hasta ahora ha ido quedando un poco olvidado por las nuevas tecnologías que manejamos desde el celular como lo es el wassap. Pero no creo que sea posible dejar de publicar nuestras noticias en este blog, puesto que constituyen un poco la historia de nuestra corriente de vida y en ese sentido, reconozco que me he perdido de este ímpetu y deseo de servir, pero es por cuanto me he sentido como muy solo en mis esfuerzos y en verdad no tengo excusa por lo cual me pondré de inmediato al día, a fin de ir regularizando esta actividad. Reconozco que con el computador sin usar por tema de estar infectado, tuve bastantes meses sin activarme pero ya he vuelto y deseo seguir sirviéndoles en este tema de las informaciones que son historia tambièn. Seré mas gréfico hasta poder quedar al día y continuar mi trabajo que, aunque nadie lo lea, servirá como referente futuro. La última madrugada vivida, fue la del SABADO SANTO recièn pasado, y que contamos con el apoyo del Padre Josè Sirvin. Esta Madrugada por ser èste un día de la Semana Santa fue distinta, pues fue una jornada de oración y SILENCIO y por supuesto de recogimiento interior, y nos sirvió para reflexionar el amor de Jesús y el reconocimiento a su Santa Madre, sobretodo acompañándola en su soledad de sàbado después de haber visto la muerte de su amado hijo.