martes, 25 de abril de 2023

¡¡Tanta generosidad!!

GENEROSIDAD DE FAMILIA

¡Cómo callar a tanta generosidad! ¡Tantas muestras de afecto! ¡Tanta solidaridad en medio de la desgracia y el dolor! Tantos esfuerzos físicos y espirituales, tantas manos generosas, almas generosas, espíritus sacrificados y generosos , oraciones durante todo el tiempo de distintos lugares y Santuarios, tantas muestras que son las caricias de María en el corazón de hombres y mujeres, unidos por valores de amor, entrega y compromiso, y  llenos de dolor y sentimiento solidario….

               No es casualidad, a los ojos el Señor, que estas pruebas duras, también midan en nosotros nuestras capacidades de asombro, nuestra necesidad de amar, pues es en esta hora cuando debemos estar allí, no solamente en la presencia física, en el trabajo arduo, en los detalles importantes e inevitables que asumir. Más allá de esas rutinas propias del  vivir  en medio de estas situaciones, está el corazón, nuestro corazón, el mismo corazón de María, que nos conmueve, que nos emociona, que nos regala fuerza pues queremos hacer todo lo posible por que lo inevitable y consumado  no sea motivo de sufrimiento, porque lo que ya vivimos, no logre horadar el alma de las personas buenas que nos rodean  golpeadas por este infortunio y a las cuales hemos aprendido a amar de mejor forma en estos días, recibiendo esos lazos profundos de hermandad, propia de un mismo origen, nuestra Alianza, al permitirnos ser hermanos del dolor, acudiendo al regazo y calor de los brazos de María.

               No podríamos detallar personas, tareas o situaciones, pero hubo amor, oración, solidaridad, comprensión, abundante generosidad, acompañamiento de laicos. sacerdote, Rama de Señoras,  abrazos de todos y para todos,  contención de lágrimas, palabras de aliento, grandes muestras de caricias de respeto, aprecio  y comprensión a nuestra hermana de Alianza Ginnette y su amada familia. Estuvo allí presente toda el ”Alma del Santuario”, como en tantas otras oportunidades en que nos han golpeado las desgracias o partidas,  pero hoy más que nunca, en lo que nunca estuvimos preparados, hemos sentido una sincera y efectiva acogida, estuvimos todo el tiempo al lado de la Madre María, al lado del Santo Lugar de Gracias que hoy abrió definitivamente sus  puertas, como un signo de amor y de apertura, convocados todos, creyentes o no,  bajo ese mismo  cielo  hermoso que cubre con sus astros la noche  de ese edén, en que tantas veces  nos hemos sentido atraídos por esa paz que  nos regala en medio de lo que significa ese pequeño lugar, que siendo tan pequeño y tan grandioso a la vez, está impregnado de oraciones y entregas, y lo es todo en grandeza y  cariño y que seguramente despertará a mucha almas dormidas que estuvieron allí y buscarán desde hoy ese camino de Gracia en algún lugar donde se encuentren.

               Hoy nos hemos llenado de esas manos suaves de caricias que estuvieron trabajando afanadas allí, en cada instante, como si María misma nos impulsara a regalar la dulzura de sus afectos maternales, entregados con tanto desinterés a sus hijos y proyectados a través  de nuestras actitudes, en estos momentos que son el inicio de una cruzada permanente de amor  y compromiso, por las circunstancia que vivimos, y que nos obligan a permanecer despiertos en oración, en apoyo, con un trabajo espiritual permanente, en el auxilio y preocupación,  que produce ansiedad,  pero nos regala satisfacción y nos colma de ese tan necesario bálsamo de amor y paz.  

               Hoy es un nuevo comenzar, una nueva oportunidad de vivir, de amar y de servir, y aunque las tristezas continuarán consumiendo el alma, y el duelo se prolongará  por largo tiempo,  por que debemos asumir en la razón y el corazón lo que hemos compartido juntos tan directamente en estos días,  nos queda el consuelo de esa larga senda que debemos  recorrer, ese largo camino que se extiende  hacia nuestro frente, y no hay otra referencia puntual y objetiva que no sea la de avanzar, porque la vida sigue, la ilusión sigue, todo sigue, aunque algunos  tengan que quedar en el camino, nada impide que nuestras esperanzas continúen  para seguir sirviendo amando y compartiendo no solo las tristezas de hoy sino también las alegrías del mañana,  porque desde hoy construimos un nuevo pacto  de presente y de futuro con lo que se avecina en el tiempo de la vida,  alcanzar  unidos,  hermanados y sintiéndonos uno, en esos años que ya han comenzado a transcurrir  junto a estos primeros  días y que nos llevarán, Dios mediante,  a esos  esperados y futuros "Cincuenta años", en el que quizás  algunos de nosotros ya no estemos, otros se habrán marchado,  otros que comienzas  son la semilla de la esperanza, pero la vida del Santuario sigue, y  María en la eternidad sigue, y aunque cambien los rostros, las sonrisas, las personas, las soberbias y las vanidades y los cabellos se llenen de canas y  sean en el mañana las memorias olvidadas, hoy estuvimos despiertos,  en vela,  en la larga noche del dolor, en la larga espera de la dura despedida, pero estuvimos amándonos, sirviendo, cantando, rezando, barriendo, poniendo flores, ornamentando el Altar para el más crucial y significativo sacrificio de nuestra fe,   y no hubo nadie, ¡¡pero nadie!! que se haya quedado de brazos cruzados e indiferente a lo nos tocó vivir,   y compartir, porque los eslabones se unieron en el silencio y la distancia, en la presencia o en la ausencia y fueron todos nuestros pensamientos de alabanzas, de  misericordia, de respeto y de solicitud amorosa a Dios, para recibir el regalo de esa tan necesaria paz que nos ofrece en cada Santa Eucaristía y que hoy más que nunca,  hemos necesitado compartir.

               Que nuestra hermandad se afiance, que nuestra hermana Ginnette, sumida en el dolor y la angustia, se levante airosa por el amor a sus hijos y acompañada con el amor de todos nosotros junto al amor inconmensurable de María, que se cobijó  también doblada y temerosa, llena de dolor a los pies de la cruz,  junto al amado y joven discípulo: "Allí tienes a tu Madre".   

               Podremos descansar en su rezago, pues en estas horas, no hay nada que pueda calmar una profunda herida y pena que no tiene consuelo   y sólo   podemos sostener en medio de la oración ofrecida y rezada con humildad, doblegados a la voluntad del Padre,  para que la Madre "Tres veces Admirable" nos  permita soportar con su propio ejemplo y fortaleza nuestra humana debilidad.

               Gracias por haber dado tanto, sin tener mucho; colmar los canastos  de la multiplicación de los panes del amor y la fraternidad, que son la esencia que nunca debemos olvidar;  una familia que reza y actúa unida, permanece unida, y que a los ojos del Padre Dios y de María de verdad se aman, y se prueban en el temple, con serenidad, en  ese espíritu de estar allí con el que sufre, porque el  que sufre,  estará en ese limbo, antes de volver de esa angustiante soledad mientras nosotros estamos con las manos extendidas para apoyarla, recibirla y amarla, para acompañarla en este mar de lágrimas y dolores, que sabemos  podrá con nuestra probada generosidad, alguna mejor tarde superar.

               A nuestro hermano Madrugador, (“una vez Madrugador, siempre Madrugador”) el recordado e inolvidable hombre de la sonrisa,  Jorge Olivero (Q.E.P.D.) que ya había comprometido su asistencia para nuestro encuentro en el Santuario de María, lo recibiremos en alma y espíritu, siempre estuvo con nosotros, y desde hoy se presentará en cada Madrugada con nuestro hermanos en la “Madrugada del Schoenstatt Eterno”, y que nos regalan sus oraciones desde ese santo lugar: Julio Alfaro, Polo Pirce, José Merino, Mauricio Aguilera, Eduardo Catalán, Emiliano y Diego que reciben jubilosos el alma de Jorge con su siempre generosa sonrisa.

               A su amada esposa Ginnete e hijos, no dejarán de estar presente en nuestros encuentros y en todas las almas de las personas que los aman en nuestra vida del Santuario, seremos fieles protectores de su integridad y estaremos allí a su lado, para lo que necesite, en especial nuestra compañía espiritual y las oraciones que llegarán cada día al cielo, por su paz y su tranquilidad.

               A veces los cielos se oscurecen con negras nubes y el presagio de lluvia y tormenta  inquietan nuestras almas y nos llenan de temores. Se desatan esos huracanes en los que siempre recurrimos a María diciendo: “Los tuyos no se hundirán”, y eso es por la convicción,  fuerza y confianza de la fe, pues tras todas tormenta, vendrá siempre la calma, y esa única esperanza está siempre brillando sobre esas nubes oscuras, es el mismo  Dios Padre, que como un sol nos vuelve a entibiar, a recibir, a abrigar y a disipar las dudas y las inquietudes de la falta de fe. Dejemos que caiga la lluvia, que se nos empape el alma de tristezas e incomprensiones, de tantas dudas humanas y legítimas, pero tengamos la certeza que mañana, nuevamente en algún minuto, brillará para todos ese “Sol de Cristo” que tanto pregonamos en el recién pasado Jubileo, y volveremos a lo que todos ansiamos; disfrutar lo que Cristo y el Santuario nos regala: La amada Paz…

“Van pa´mar, pa´mar adentro y son los “Madrugadores”, allá van los “pescadores”, mar adentro a echar la red….

 

 

 ALGUNAS FOTOS DE ESOS MOMENTOS VIVIDOS  EL 23, 24 Y 25 DE ABRIL DEL AÑO 2023

  




















 














                                           Con mucho respeto apreciados amigos y hermanos....

domingo, 23 de abril de 2023

Madrugador Jorge Olivero Leonelli. Descansa en Paz.


 

Queridos Hermanos Madrugadores y Hermanos de Alianza y Familia de Antofagasta:

            ¿Habrá alguien de nosotros que no haya sentido hoy, ese fulminante e impactante dolor que ocasiona la abrupta e inesperada partida de alguien que ha convivido y compartido con nosotros en tantas actividades derivadas de  nuestra vida de compromiso y servicio con el Santuario “Puerta del Cielo”, donde verdaderamente “brilla el sol de Cristo”, y que no haya tenido en ese momento  una acumulación de emociones que le anudaron la garganta y turbaron el alma, y que, aparte de   traer de inmediato a la imaginación el rostro de hombre afable  de nuestro hermano que ha partido, no haya entonces sentido la inmensa  necesidad de inclinarse humildemente ante el Dios de la vida para pedir por él y su familia y   tratar de entender esto que hoy hemos vivido y que nos ha clavado como una saeta lanzada de improviso y  rasgado los sones armoniosos del día, en que festejamos el “Día del Señor”, para  caer en ese estado  que nadie puede vivir si es que no tiene en su corazón la alegría, imagen y  compañía espiritual de un hombre, un amigo, un esposo, un servidor generoso de María, hermano común  de Alianza?

            No  quiero ser  yo quien se atribuya algún sentimiento  especial o que me haga sentir entre todos que soy el portavoz de algo tan  personal, pero si bien es  mi sentimiento el expresado, es, ha sido y será en el día de hoy, lo que hemos compartido desde tempranas horas del día, en el instante mismo en que, preparando los detalles de la Santa Eucaristía, y  buscando  la mejor forma de servir a la causa del Señor, nos hemos sentado angustiados y dolidos en el salón, bloqueados, aturdidos, con algunas hermanas de Alianza  en medio de sus sanas y legítimas lágrimas de tristeza, tratando de entender que si aún celebramos hoy el tercer domingo de resurrección, tengamos que detener esa alegría natural del ser cristianos con ese acontecimiento histórico que nos permite hoy tener fe en ese Señor que ha dejado el Sepulcro para  reencontrarse con nosotros, entonces ustedes, yo , aquel, ellas, ellos, y todos sin ninguna excepción, sea en presente, en llamados, en mensajes en las modernidades de las redes, los que   hemos sufrido lo  que nadie puede expresar si no lo vive, el dolor,  el aturdimiento, la  desesperanza y  han sido estas horas  de un unirse  a nuestra querida Ginnete, la que todos conocemos, la que todos sabemos quien es, la que está  y ha estado desde hace tantos años, entregándonos su   cariño,  su consejo, su compromiso y su vocación de servicio en el Santuario y queremos entre todos, hoy más que nunca, abrazarla, estrecharla con respeto y solidaridad y decirle: ¡Hermana, aquí estamos para compartir tu dolor!, para juntos orar, para inclinarnos en  nuestro  lugar de gracias, (como lo hicimos hoy junto a un grupo que nos  representó también a todos con el rezo del Santo Rosario), y  entregarnos a las manos de María, en su  generosidad y en su eterno amor, para   pedirle  fuerza,  confianza y fe  para Ginnette y su hija,  y entender que todo esto  que pedimos,  es resultado de  entregar a nuestra Mater todo lo que somos y tenemos, todo lo que vivimos y sufrimos, todo lo que nuestro sentimiento humano nos hace  sentirnos miserables, hundidos en el lodo de la incomprensión e incredulidad, pero  esperanzados en que ella, es y será siempre la única que puede levantarnos con sus  brazos amorosos, para comprender los destinos de la vida, que muchas veces miramos con indiferencia hacia nuestro entorno porque nunca pensamos que  tan cerca de nosotros se puedan desarrollar acontecimientos tan cercanos y dolorosos como el vivido, y que nos golpean en forma común y en sentimiento,  que ante nuestra humana debilidad nos deshacen en lágrimas y desesperanzas.

            Hace un domingo atrás, nuestros rostros eran de alegría, nuestros sentimientos eran de amor, expresado en tantas acciones emprendidas por que era el final de este año preparado con tanta ilusión,  con tanta pasión, con tanta responsabilidad, por todos quienes de alguna forma se involucraron en  lo que fue esa vivencia inolvidable del “Jubileo de los 30 años”, y hoy llegamos a celebrar la Misa, en el primer domingo después de nuestra celebración, aun con nuestras mentes y corazones  alegres, porque lo que hicimos y logramos entre todos con tantos granos de arena de apoyo y constante oración, fue a los ojos de María, grandioso, y  de plena satisfacción para la obra de nuestras propias vida de cristianos peregrinos acogidos en nuestro amado Santuario, y  entonces veníamos llenos de esas virtudes que nos da la satisfacción del deber cumplido y al recomenzar  este nuevo domingo con el que comenzamos a contabilizar lo que será el “Jubileo de los 50”, buscando desde ya preparar  para ese incierto futuro, tantas vivencias que  debemos pasar y comenzar a vivir, y estábamos aun contentos, ansiosos, sedientos de ese amor que nos regala María y nos permite sentir  que este nuevo tiempo, desde esta nuevas playas seremos para hoy y el futuro mejores personas, mejores hermanos, más solidarios, más  comprometidos, y  al comenzar  el día con ese ímpetu natural de  sentirnos hermanos, la noticia nos golpea  y cambia nuestra mirada, nos sentimos  agobiados,  adoloridos,  la pena nos ha inundado y opacado todas nuestras alegrías y   se nos viene y vuelve a venir, y se comienza a quedar entre nuestras mentes y corazones, el rostro de ese hombre bueno, que estuvo con nosotros, que pasó “haciendo el bien” entre nosotros,  que nos regaló su generosidad y  procuró siempre entregarnos lo mejor de él.

            Nadie podrá olvidar el espíritu de colaboración de nuestro hermano Jorge Olivero (Q.E.P.D.); su porte, su estatura, su silencio, su  sonrisa, su silenciosa y  tremendamente comprobada buena voluntad de servicio para con todo lo que significara ser parte de este “terruño”  en que nos reunimos para nuestras grandes  momentos personales de oración y de acogida, y estará allí la mano, su mano, que  dejó sus huellas, en aportes que quizás muchos desconocen pero que están allí y  en ese entorno que tantas veces nos juntamos; Sabemos que  su espíritu y cariño en tantas obras está y estará presente, así como el trabajo y compromiso junto a su esposa y familia, quienes nos han enseñado tantas formas de servir, reconociendo también sus liderazgos naturales que nos permiten reconocer que el sentimiento común que nos envuelve, nos llena de valores espirituales y comprometen  en mejor forma la permanente obra de la Iglesia, como lo es la evangelización.

            No hay palabras. Ustedes lo saben; es más, lo sabemos, lo entendemos, lo  palpamos hoy en medio de la triste noticia, caímos de rodillas frente al Santísimo  para ofrecerle todas nuestras dudas y quizás en esa tranquilidad que nos da Cristo con su presencia, nos permitiera ser comprensibles frente a esta inesperada situación, más tarde en la Misa de hoy, nos pasamos meditando  todo el momento con su presencia, se notaba entre todos nosotros de rostros compungidos y tristes, preocupados, que  su alma corría entre nuestros sentimientos y  algunas lágrimas que  no pudieron contenerse, afloraron como muestra de la delicadeza y del sentimiento sincero del dolor  que fluye en esas salobres perlas del alma que nos ahogan y quizás nos  alivian en medio del dolor.

            Alguien de las tanta personas que allí estuvimos,  con su sabiduría tan reconocida, me decía,  que : “Estas pruebas de la vida,  se deben enfrentar con  serenidad, fortaleza, pero con un ingrediente que no debe faltar, para hacer poderosa nuestra  débil situación ante el dolor y la incomprensión,  y ese factor de importancia debe ser la fe. Fe en medio del dolor es un gran mérito ante Dios…”

            Y  quizás sea ese el  mayor  de los tres ingrediente básicos para superar esta adversidad, y a la luz de  la fe,  entonces debemos pedir al Padre Dios,  que nos guíe y nos conceda lo que tanto necesitamos en este momento: paz, tranquilidad,  fortaleza, comprensión y esa esquiva y muchas veces débil fe, que nos hace muchas veces titubear en la soledad del dolor, pero que a la luz de la oración hacemos crecer, puesto que nos regala ese don de la aceptación, y la comprensión frente a quienes sufrirán desde hoy la ausencia de Jorge, recordándole entre nosotros como ese hombre generoso que aportó  grandes desafíos y tareas que guardamos con cariño de su servicio al Santuario.

            Muchas obras materiales están allí, ya habrá tiempo para enumerarlas, no por vanidad ni consuelo, sino porque son una muestra de su desprendimiento y sentido  de “darse” y donarse  sin recompensas,  pero lo que nos queda de él es su fuerza por haber enfrentado junto a su amada Ginette,  en su  vida inicial como “Madrugador”  esa pena que si bien   trató humanamente de superar, lo acompañó en silencio en su largo peregrinar, haciéndolo caer en los abismos del dolor y la duda y que poco a poco en compañía de sus amada esposa y familia,  logró  aceptar, sin tener jamás esa  necesaria tranquilidad de aceptar la voluntad de Dios y que afectara su alma de niño, por la pérdida de su propio hijo.

            Te extrañaremos Jorge, hoy,  día de tu onomástico serás escoltado por  el soldado de Cristo ejemplar, como lo fue San Jorge, y  recibirás de Él también la fuerza de sentirte  lleno de la Gracia que te regaló tu Alianza de Amor con María, para seguir marchando  con ese optimismo y esa  alegría de servir en el silencio, como tantas veces te vimos, poniendo a disposición de nuestra familia del Santuario tus  propios medios y pertenencias, para  facilitarnos las labores que tanto apoyo requiere la evangelización y la extensión o envío de nuestro Santuario a los ámbitos de la Diócesis y de todos los lugares donde queremos permanecer, para acoger, transformar, educar y  servir como enviados por nuestra Madre, que hoy te acoge con todo su amor en sus brazos y te presenta a su Hijo Amado, para  regalarte  aquello que guardaste con esperanzas en tu corazón, el momento crucial de la luz  del Resucitado que te acompañará por toda una eternidad y hasta el fin de los tiempos.

            Amigo, Esposo, Padre, Hijo, hermano Madrugador, colaborador excepcional y entrañable, compañero y Hermano de Alianza. ¡Descansa en paz!

                                   Antofagasta, 23 de Abril de 2023







sábado, 22 de abril de 2023

OLGA DEL CARMEN SUAREZ CABELLO (Q.E.P.D.)

Queridos amigos pampinos:

            Por esas cosas de la vida, encontré esta foto ayer en la red. “Alguien” me la reenvió, (no tengo explicación), no tenía mensaje.

            Quise por supuesto de inmediato rescatarla y reenviársela a la Maestra Zahira Suárez, mi “Madrina” en las lides religiosas del Santuario de María de Antofagasta, hermana también de nuestra querida y recordada profesora pampina Juanita Suárez. Y entonces se me pasó el día en diversas actividades y hoy me levanté temprano con la idea de cumplir con esa intención y recordar esa hermosa familia pampina que conformaban Don Juan Suárez  y Doña Olga Cabello.

            Mi amiga Irene González anoche, muy tarde,  (y yo ausente, por alguna reunión de Iglesia por allí), me envió una lamentable noticia que  produce  una “explicación” inexplicable  a todo este acontecimiento que les cuento y que me mantuvieron en permanente conexión espiritual en el día de ayer con la querida familia  de  Don Juan Suárez, que vivían  en su tiempo atrás de la Asociación Social y Deportiva (Don Juan era chofer de la ambulancia, muy querido y aparece en esa foto que acompaño con su nieta),  en  esa casita que en su tiempo era todo un hermoso jardín, un verdadero oasis vergel, con abundantes árboles y plantas de todo tipo,  que le daban un ambiente de frescura y hasta “olor a campo” a ese sector, en medio de nuestro acostumbrado (y amado)  calor. En esa  verde “comarca”, una casita de madera oculta bajo los frondosos pimientos, (era como  una casa  gigante de muñecas), pero que empleaba en muchas tardes mi amada maestra ocasional, CARMENCITA SUAREZ, que me enseñaba, sin ser profesora,  lecciones de matemáticas, y  algo de lectura en esas tardes en que mi mamá me enviaba a estudiar y  aprender un poco más.

            Carmencita era la dulzura, la bondad. Tenía un aire de religiosa, pensé siempre que abrazaría el hábito por ser una joven de mucha fe y de una vivencia religiosa y espiritual ejemplar,  que también era la esencia de todas las hermanas “Suárez Cabello”, muy devotas todas y fieles  feligreses de nuestra Parroquia “San Rafael Arcángel”, junto a sus padres, que frecuentemente asistían  a las misas celebradas por el querido Padre Juan.

            Se me llena el corazón de  nostalgias y emoción, pues  CARMENCITA SUAREZ, u OLGA DEL CARMEN SUÁREZ CABELLO, (Q.E.P.D.),  en el día de ayer  ha dejado  este mundo y se ha ido al encuentro feliz con el Señor, por quien sirvió la  mayor parte de su vida.

            Quise retransmitirles este sentimiento, al decir de mi amiga Irene González, la querían mucho y le decían en sus ambientes de amistad “PECHY”, (con cariño), y para mí Carmencita fue siempre dulce, tierna y me enseñaba las lecciones de “aritmética”, con mucho cariño, y nunca olvidaré sus enseñanzas  y sus condiciones naturales de educadora, aunque en la vida no siguió esa natural vocación, empleando otros caminos. “Pechy” mostraba con su actitud y rostro siempre radiante de luz,  el mejor testimonio de ser mujer  de Dios.

            Por esas cosas de la vida, en años posteriores nos encontramos en Antofagasta, en el “Santuario de María, donde junto a sus hermanas, (y curiosamente también con Irene González)  eran asiduas participante de la “Campaña de la Virgen Peregrina” de Schoenstatt. La hermana mayor, Zahira,  en ese tiempo era la Coordinadora de esa Campaña y siempre estaban atentas a servir al Señor.       

            Allí me invitaron a participar en esa hermosa obra  y me hice “Peregrino de María”, celebrando mi “Alianza de Amor con María”, gracias a sus enseñanzas y preparación y  juntos cumplimos  grandes tareas y grandes Misiones con Carmencita, Juanita y mi “Madrina” Zahira.

            Por eso que, con mucha pena y natural nostalgia, deseo compartir esta noticia, pues no cabe dudas que muchos de ustedes la recordarán.

            Olga del Carmen Suárez Cabello, (Q.E.P.D.) aparece en esa foto de la revista Pampa, (la 3ra de izquierda a derecha en la fila superior),  y a través de esta nota, comparto la infausta  noticia y tristeza de su partida, entendiendo que se marchó feliz, pues siempre su vida  fue de una permanente entrega a la obra del Señor, y no cabe duda que descansa en paz en los aposentos del cielo, que la reciben  con sus ángeles en esta hora que sólo ella puede hoy experimentar.

            Sus restos están siendo velados en la “Parroquia Transfiguración del Señor” en la Coviefi  y  su deceso se produjo ayer, 21 de Abril de 2023, en la ciudad de Antofagasta.

            Descanse en paz querida Carmencita, estará siempre en mi memoria y recuerdos y en mi humilde y sentida oración, pues aparte de enseñarme matemáticas básicas en mi niñez, me mostró el rostro de Jesús con su dulzura, su entrega, su amor y su amistad.

            “SERVUS MARIAE NUNQUAM PERIBIT”  (“Un siervo de María nunca perece”).

            Que la Virgen María, la Tres Veces Admirable te reciba en su seno y te acompañe en esa eternidad.

            Un abrazo al cielo.

sábado, 15 de abril de 2023

A propósito del "Jubileo 30 años"

 

                                                                      (Foto Año 2023)

“¡Que bien que estamos aquí! Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”….Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle».

¡Y qué bien que estemos en el Santuario  en sus 30 años de celebración! de un Jubileo preparado con tanto amor en un arduo año de oraciones, de encuentros, de  festividades que unieron nuestros espíritus, en esas oraciones jubilares que  estuvieron presentes en nuestras redes sociales y en esas aceptaciones rigurosas y estrictas de contabilizarlas como “Capitales de Gracias”, y la Puerta  que  representa a la Virgen concurrió por los hogares en Peregrinación, y  estuvo en lares humildes, sencillos, de toda condición, en   habitaciones sacerdotales, y allí la Oración del Jubileo fue recitada con fervor, con amor, con tremendo compromiso, y partió en una mañana de hace un año atrás, cuando se iniciaba esta humilde campaña que hoy llegará  a su fin con la nostalgia de que todo lo que se hizo fue para  conquistar este justo homenaje que  la Mater alcanza en el corazón de sus hijos amados, que  se dieron a tantas misiones y tareas y  que  esperan ansiosos de entusiasmo  el amanecer de un nuevo 16 de Abril,  para celebrar la Santa Eucaristía, culmen de nuestra vida de Cristianos, y tengamos la dicha de estar presentes, pues estos treinta años,  han sido  de mucha peregrinación, de mucha devoción , de muchas personas que llegaron a cobijarse al lugar de Gracias donde pudieron  entregarle a la Madre de Jesús toda su vida y todo su ser, y muchos ya partieron y a muchos extrañaremos, y muchos de los que estamos hoy no volveremos a celebrar otros  treinta años, pues serán las nuevas generaciones, como los jóvenes o adultos que hoy sellaron su Alianza de Amor con María, los que permanecerán y continuarán esta obra que no tiene fin, que es un caminar eterno y que nos llevará a cada uno a los caminos del Padre. Por eso que  haber estado allí, estar hoy allí, dan ganas de decir como Pedro: ¡¡ QUE BIEN QUE ESTEMOS AQUÍ!!, y ese minuto mágico    ojalá nunca desaparezca, por que más allá de la charla educativa que tuvimos hoy, que fue de  excelencia, está el ansia del abrazo, del perdón, del reencuentro, por que el Dios de la historia vive en todos nosotros, y  nos alegramos de haber visto esos rostros que alguna vez vibraron con las emociones y alegrías del Santuario, y que vinieron, con generosidad, con esfuerzo, con temas de salud, con temas económicos, y están aquí, y  con nosotros,  construyen la emoción  de ser esa familia que decimos tanto amar, y a que a veces no tenemos tiempo para preguntarnos ¿Y TU QUIEN ERES? ..y nosotros: ¿Quienes somos?. Por ello que estos treinta años,  llamando a la reflexión de nuestra charla educativa de hoy, nos debe unir en ese abrazo, en ese perdón, en esa alegría de que estamos como  el Señor en el monte,  en su transfiguración, para que también haya una nube  que nos cubra y surja la voz del  Dios de la vida que  sienta que somos hermanos de su HIJO AMADO, y sentirnos dignos de ser sus discípulos y seguidores, sin dejar jamás la dulce mirada de la Santa Madre, que en la cruz, junto a su amado Hijo, nos regala sus tristezas, su amor, su entrega y nos dice que sin Cristo nada es posible y el  Nosotros debe también ser parte de la vida diaria, pues  sin nosotros no puede haber un Sin Ti por que sin ti y sin nosotros no podemos.  Ella puede, ella es eterna, ella es única, ella es la Madre, pero si si somos verdaderamente sus hijos, debemos  aferrarnos a su ejemplo  a su entrega, a su dolor, y a su alegría y  amor…

Gracias por este años de Jubileo, por los que coronaron con flores la entrada del Santuario, esas oraciones transformadas en rosas son pureza, entrega y sacrificio;  Gracias por   que   hoy ha habido tiempo para la sonrisa, para el abrazo y el reencuentro de los que no estaban, pero llegaron, para quienes  estuvieron llenos de una felicidad descritas por el fulgor de sus miradas hermosas y tan profundas,  que  emanan ese brillo propio  y necesario para demostrar que están felices, y entonces mañana, cuando  nos reunamos en torno al Santuario de la Mater, sintamos que  estos treinta años han unido nuestros corazones, nuestras esperanza y nuestros sueño,  y  tendremos esa paz de haber    entregado todo lo que debíamos,  y en esa entrega acompañar a todos quienes de una u otra forma están allí,  con tantos defectos humanos como los que tenemos muchos y que nos cuesta manejar, pero sinceros, resueltos, dispuestos,  como soldados de  María para combatir la vida y encontrar en el tortuoso camino de quienes alguna vez han vivido la experiencia de ser soldados, que nos llevan  definitivamente a la victoria, pero  no hay victoria sin sacrificio, no hay éxito sin fracasos, no hay  alegrías sin dolor, y en eso seguimos peregrinos de María, caminando  y alegrándonos en lo poco, y sirviendo en todo lo que nos pueda hacer crecer y llenando esas vasijas de  greda con tantas situaciones que nos hacen crecer y nos permiten decir:“ Madre ,  nos consagramos de verdad a ti, y  podemos ofrecerte todo lo que somos y tenemos pues descubrimos en Ti la luz  que tantas veces perdemos en los caminos oscuros de la vida.

            Que los próximos treinta años, o quizás los más cercanos 20, para el “Jubileo de Oro”,  encuentre a los más jóvenes disfrutando de esa vida interior  que nos regalan las gracias del Santuario y sigamos amándonos como hijos de una misma Madre, y un solo padre  Dios,  y hermanados para siempre con nuestro amigo y hermano  Jesús.

Gracias Señor.

                    ACTIVIDADES DE HOY SÁBADO 15 DE ABRIL 20223

                                 Madrugada con el Padre Marcelo Valdivia.
















         Alianza de Amor con María una  dama de "Rama de Señoras" y 8 peregrinos









































































                                        Arreglos Explanada para la Misa del Jubileo