miércoles, 21 de diciembre de 2011

ENFERMEDAD, SIN REMEDIO...

La enfermedad horada el cuerpo y a pesar de los años de tecnología y avances en la ciencia, aun no podemos detener el dolor que causa el deterioro corporal, y hasta antes de sufrir esa dolorosa experiencia, todo parece surgir y desarrollarse en forma normal, hasta que en el día menos pensado, afloran las dificultades, que son el resultado de un largo proceso que se ha originado lenta y paulatinamente y que en muchos casos no es detectado a tiempo.
Afotunadamente, las enfermedades mentales, bien manejadas, pueden ser vencidas poco a poco y gracias a ello, optar a una nueva vida. Pero cuando el cuerpo enferma, y no hay tratamiento a tiempo o inadecuado, comienza el via crucis terrenal del enfermo, al cual se le hacen todos los procedimientos necesarios para prolongar su vida, los cuales en muchas oportunidades otorgan buenos y esperanzadores resultados, prolongando la existencia en un tiempo mayor que siempre es un buen signo para compartir y convivir con nuestros seres amados.
Esta suerte de medicina de todos los tiempos, tiene mucho de eso, de suerte, por que son muchas las opiniones y tratamientos que a veces, se aplican equivocadamente por mala apreciación o por no tener seguridad en los diagnósticos.
Otro via crucis lo constituyen las grandes cuentas que surgen en la cancelación de todo aquello que significó el arduo tratamiento, lo cual indudablemente nos viene a otorgar otra preopcupación anexa, por que no hay forma de solucionar un problema personal y familiar y los sistemas de salud, estan muy lejos de brindar un servicio real, afectivo y efectivo que requiern como derecho fundamentasl las personas, convencido también que esta la buena fe de los muchos trabajadores(as) de esesector y que lo hacen con lo mejor de su voluntad y vocación pero que los sistemas no financian en justicia y una absoluta indiferencia, llena las clínicas, hospitales y postas, por que los recursos y la preocupación para los que trabajan en el área, no son los óptimos.
He vivido estos dias, la experiencia dolorosa de la enfermedad de una persona que amo de sobremanera, y experimentado ese via crucis.
¿Y qué pasa con los enfermos del alma?
Cuando el pecado horada el alma, ocurre lo mismo que con el cuerpo, es tanto lo que daña que cuando ya el virus de éste se ha insertado en ese espíritu, no hay diagnóstico ni cura, ni forma de poder salir de un cáncer que se irradia por todo el interior y que es de tal gravedad, que también toca al cuerpo.
Y cuando el pecado del alma, toca el cuerpo, es por que no hemos sabido respetar su integridad y caemos en los juegos excesivos, en la absoluta promiscuidad y en un sistema que horada el alma y la conciencia y viene nuevamente el fantasma de la enfermedad que con finos dedos comienza a tocar el arpa con los sones de la muerte. Es doloroso sentir que muchas veces esa enfermedad resulta injusta, sobretodo cuando un médico de almas te ha orientado en los buenos caminos, y es el mismo Jesús que te ha dado las normas para tener una mejor vida. Pero la soberbia, amiga del pecado, destruye y comienza la decadencia espiritual y material del hombre que se inclina a las bajas pasiones y cae en lo que tantas veces la Sagrada Escritura llama: el pecado de la carne.
Ojala podamos reflexionar por que lo que podremos aconsjar a nuestros hijos, a nuestros jóvenes, se refiere al cuidado corporal y a la delicadeza del alma, porque ambos, tienen un sufrimiento terrenal de igual dimensión, con la diferencia que el cuerpo se deshace en la tierra, y el alma se va herida y errante, por que no encontró la paz ni los verdaderos caminos que la llevarán a los caminos del cielo.
Es nuestra responsabilidad inculcar valores y estamos justo a tiempo, antes que la humanidad cierre las puertas a la moral y la etica y se oscurezca el cielo de la vida, bajo la sombra oscura del pecado, que destruye el alma y el cuerpo.

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