domingo, 6 de enero de 2008

MADRUGADA DE NOSTALGIAS

(Foto de archivo Navidad 2004)

No podemos guardar silencio cuando la vida que avanza rauda, nos muestra en una sencilla despedida, la finalización de un importante ciclo de crecimiento personal y, que nos ha permitido a cada uno de nosotros, aprender a fortalecer el espiritu de amor al prójimo, y sobretodo el hacer razón de vida el "amarse los unos a los otros", con la nostálgica despedida de nuestro querido "capellán", como le decimos amorosamente a nuestro sacerdote, Padre Jaime Salazar, nervio motor e impulsor de la Evangelización en todos los que alguna vez hemos cruzado con él nuestras vidas. Consejero inagotable, orientador de vida, guía espiritual de tantos que han descubierto en su humana santidad, la verdadera forma de hacer de la vida cristiana el mayor ideal que transforme al hombre y que junto a la Santísima Madre, nos permita educarnos para ser mejores y alcanzar la perfección.

Recuerdos de un tiempo que quedará imborrable en nosotros, constituye el haber compartido y haber conocido al "querido por todos", padre Jaime, que a sus setenta y cinco años, luce jovial y lleno de vitalidad, incluso nos da muestras de una eterna juventud y un valor ejemplar, propio de héroes y soldados que han marcado tanta huella en la historia. Por que la acción de un sacerdote ante su grey, debe ser heroica, de renuncia personal y total, de entrega absoluta a los designios de Dios, y en ello el Padre Jaime, ha dado muestras de las más absoluta entrega, convencido que en su palabra y en su actuar, esta presente el compromiso de haber sido elegido por Dios para ser su Apóstol y esa palabra resume el sentir de quienes le conocimos: Un Apóstol que sirve cada día al Señor, y que hoy, en su palabra y en su acción nos dice que se siente lleno de vida, de vitalidad y fuerza extrema, de esa que solo da el Espíritu Santo, para asumir nuevos desafíos y tareas que permitan continuar en esa senda elegida por él en su vocación sacerdotal, para participar de la gran obra de la Evangelización, que nunca ha sido tema de sacerdotes o religiosas sino de todos los que nos sentimos llamados al servicio del Señor, y que somos un mar silencioso en movimiento: los Laicos.

Los Madrugadores, corriente sencilla de vida que transforma el alma, no ha sido su única labor.

Al contrario, una de tantas; pero a la cual le ha infundido su sello personal, de compromiso orientador, educador y de tantas virtudes como lo son las que adornan su propia vida de soldado del Señor, y siempre con un apego indisoluble a nuestra Mater, la que le tiene reservado un lugar de honor en las huestes futuras que le esperan en el cielo, nos ha permitido acercanos cada dia transformándonos interiormente, para ir cambiando en nuestras vidas.

Es de hombres sentir pena. Es de humanos llorar cuando alguien debe partir, pero si es para continuar viviendo en un trabajo que busca la conversión del mundo a Cristo, sentimos que es válido el dolor, que es aceptale la nostalgia, y sobretodo, que es necesario decir con mucha fuerza
y para infundir un nuevo ánimo: ¡Gracias! Padre, por que aquí sembraste en muchos corazones el amor a Maria, el amor a Cristo y el amor a la Iglesia. Gracias por que todo lo que caminaste en estos siete años en este norte, fue la construcción del surco del labrador, preparando el desierto inhóspito para abonarlo de amor y trabajo, arrojando las semillas del amor a Dios, y que permitieron grandes transformaciones en muchas almas que desde hoy sentirán tu ausencia, pero que se sienten como almas que florecen robustas y tiernas, y que crecen enhiestas y vigorosas en dirección al cielo.

Gracias Padre Jaime por que nos supiste orientar con esas armas poderosas de la fe, para lograr comprender que el ser llamados a servir, en esta obra de Maria Santisima como lo es Shoensttat nos ha permitido comprender que la educación es la mejor forma de cambiar el mundo y transformarlo a Dios. Ella sigue siendo el arma más artera contra la pobreza, contra la injusticia, contra el dolor, contra quienes creen que el mundo se construye con el materialismo o el capitalismo, sin tener a Dios en el alma, sin comprender que somos libres, creados a imagen y semejanza de Dios y nuestra libertad es intransable, por que es la libertad de los "Hijos de Dios".

Gracias una vez más, por que nos mostraste un mundo de sencillez, de sobriedad, de humildad, de servicio permanente a quienes te necesitamos, de sudor y de trabajo incansables, de misión permanente, dejando siempre en nosotros una sonrisa franca, amigable, llena de vida y de luz, ese amor que Maria Santisima te ha regalado, y que te ha dado las fuerzas para continuar cada dia luchando por conquistar el mundo para Dios.

En la tierra heroica de Maipú, donde se consolidara la Independencia Nacional, en este templo votivo, promesa del Padre de la Patria, OHiggins, continuarás con tu trabajo pastoral. Al igual que los héroes de la historia, tu vida ya esta considerada entre los grandes de la obra misionera de los Padres de Shoensttat, que han continuado infatigables la huella de quien se constituye también en tu propio guia, el Padre José Kentenich y quien ha estado siempre presente en tus labios, en tu prédica, en tu forma y ejemplo, y en especial, en tus súplicas y oraciones.

Extrañaremos esas tardes tibias del norte antofagastino, cuando buscando un remanso para la paz del alma, nos acercamos silenciosos al Santuario y descubrimos tu alta figura, paseando

entre el paisaje, infatigable y sereno, con un rosario entre tus manos, orando a Maria Santisima, pidiendo quizás hasta por nosotros mismos, puesto que sabemos de tu propia renuncia y que todo lo que pides no es para ti sino para nosotros que somos los "eternos otros". Esos otros que nunca o poco rezan, que siempre pedimos consejos, que siempre estamos al alero de la Mater, y cuando lo hacemos es para pedir y pedir, por que nuestra vida se transforma en eso: Pedir fortalezas, pedir educación, pedir amor, pedir comprensión, pedir moldear el carácter, pedir luz, verdad, fe, pedir vida....y tu aumentas nuestro "pliego" con tus propias oraciones.

La Santidad se construye cada dia y tu santidad se irradia en tu franca mirada, en tu actitud, en tu gesto y tu entrega.

Ojala pudiéramos parecernos un poco a ti para conquistar parte de ese cielo que todos aspiramos, y podamos algun dia, en el llamado que nos tiene reservado el Señor, encontrarnos en la ronda final de la alegria, del amor perfecto, bajo la Santisima Madre, la Gran Educadora, y la figura de todos quienes hicieron verdad y vida este camino, que nos conduce a nuestro hermano Mayor , a quien siempre ha sido nuestro más importante razón de ser en la vida, Cristo, que cada día sonrie por que hay hombres en la tierra, como tú, que le siguen y dan todo de si para construir los caminos que nos llevan finalmente a los designios del Padre.

Gracias Padre Jaime. Muchas cosas quedaron en el tintero. Pero ya habrá más tiempo, para compartir otros sucesos de la vida. No creo equivocarme al decir que muchos querrán en este instante decirte que fuiste parte importante de sus vidas. La Familia te conoce más que nosotros, los que estamos de a poco construyendo nuestras fortalezas para ir decubriendo la magia del amor que se ofrece en el Camino de Maria. Muchos querrán decirte muchas cosas hermosas, que mereces. Es la hora de la cosecha, y los frutos han madurado en el corazón del frondoso árbol de tu familia de Shoensttat en Antofagasta, fortalecidas sus ramas y vigorosa fuerza que circula con su savia recorriendo cada centimetro y alimentando la esperanza, que en tiempo no muy lejando florecerá un bosque frondoso de voluntades y actitudes para hacer de tu sueño, el de todos, por que ese sueño es alguna vez nos cobijemos todos bajo el regazo de Maria, para descubrir la amistad y belleza de su hijo, único amigo, verdadero Dios y verdadero hombre, y por quien hemos procurado pasar por esta vida, como tú, "haciendo el bien".

Abrazos fraternales de todos y cada uno de aquellos que sentimos una deuda de gratitud hacia tí. Que Maria te siga guiando en tus pasos, y recibe en el cada día que comiences a partir de mañana, toda nuestra oración, todo nuestro amor, toda nuestra gratitud, que serán la mejor forma de inundar tu espiritu de energías, para enfrentar esta nueva e importante etapa de tu vida.

Gracias Hermano y amigo: Padre Jaime.

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