GRUPO DE VARONES QUE EN ANTOFAGASTA, Y TODO CHILE, SE REUNEN CADA QUINCE DIAS A ORAR EN EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE SHOENSTATT. UNA MANERA DE PERMTIR EN NOSOTROS UNA NUEVA EDUCACIÓN EN LA MATER Y UNA FORMA DE HACER VIDA EL EVANGELIO, ESTAMOS UNIDOS POR UN GRAN AMOR A DIOS Y UN INMENSO CARIÑO A SU SANTÍSIMA MADRE. TODOS ESTÁN INVITADOS, LA MATER NOS ACOGE.
lunes, 16 de enero de 2012
Un Testimonio de un hermano Madrugador
Hola buenas tardes.
La película duro de matar es una alpargata al lado mío, les cuento. Hoy a las 06 A.M. me dirigía a la parroquia a madrugar. Tomé un colectivo y nos chocaron. El vehículo quedó ”achurrascado”, Antes que nos impactaran, estuve inquieto y mentalmente me puse a orar. Iba sin cinturón de seguridad y lo único que sentí fue una mano en mi pecho, la realidad era que yo tenía que salir disparado por los vidrios del vehículo, si no fuera por esa mano que sentí en el pecho, me mataba. El chofer trató de ayudarme y yo le dije: Ayude a los demás que están más mal que yo. No me daba cuenta que el impacto me llegó de lleno a mì y que estaba atrapado entremedio de los fierros, hasta que llegó la policía, bomberos y ambulancia y me sacaron. En ningún momento tuve miedo, lo único que hacia era orar y orar y alabar a mi Padre Celestial. Me llevaron al hospital para constatar lesiones, me pasaron por scaner y lo único que dijo el mèdico: - "MILAGRO", no tiene nada.
Me encontré con el culpable del accidente, quien estaba ebrio y me dijo: -“Perdóneme”, a lo cual le dije: ¿De qué te voy a perdonar? Son cosas que pasan. Ora mucho para que no vuelvas a cometer el mismo u otro error. Jesús te ama y yo te amo. Vamos. Sigue adelante, Dios te necesita y tu también lo necesitas. Nos dimos un fuerte apretón de abrazo y lloramos juntos. Los policías que lo cuidaban también les cayeron lágrimas y uno de ellos me dijo: "Yo soy evangélico y Dios esta con usted", a lo cual yo le dije: Aquì no se trata de ser de cualquier religión sino se trata que todos somos hijos de Dios y lo único que quiere Èl, es que nos volvamos a Él, a lo cual me dijo: Usted. es valiente. Y yo le dije: En Cristo soy valiente. Y me dijo: ¿Le puedo dar un abrazo? Por supuesto, le dije. Y nos dimos un fuerte abrazo y me dijo: "Valiente siervo de Dios, el Señor está contigo” y lloramos ambos.
Con humildad les quise contar mi testimonio y la moraleja que he aprendido es estar en todo momento comunicados con Dios, Jesús y María. Asi caminaremos en el estrecho camino de la Santidad. Dios los bendiga, los guarde, los sostenga y les de las peticiones de vuestros corazones dentro de la voluntad del Señor.
Ahora voy a dormir que me dio sueño tengan una buena tarde en el Señor.
Carlos
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