Hoy sábado 6 de Diciembre de 2025, vivimos en comunidad, el "Santo Rosario" en esta última instancia del presente año en que compartimos la oración por el “Mes de María”, en un amanecer lleno de emociones, encuentro y reencuentro con personas que hacen ese inmenso esfuerzo por vencer la comodidad del descanso y conectarse en ese espacio con la hermosa naturaleza, en la que se hacen presentes en medio de los prolongados silencios el canto de las aves desde sus nidos, y que anuncian el nuevo crepúsculo temprano e invitando a las escobas de los vientos a agitar y sacudir los árboles, para hacer caer a los jardines esas hojas secas que aún duermen en ese otoño entre sus ramas, y que pronto nos traerá esa nueva estación de la vida, llena de calor y de sol, pero que nos muestra la vuelta completa de este ciclo de vida, quien sabe cuántos ya no volveremos a una nueva primavera, y esa sensación de estar en esa misma madrugada de la Resurrección del Señor, acompañando a esas mujeres fieles, que concurren al sepulcro tan temprano y no encuentran el cuerpo del Señor, pero que el Ángel les dice que no le busquen allí por que “ha resucitado” y las sensaciones que vivimos nos embriagan de felicidad el alma y surgen desde nuestros manantiales internos esos torrentes de sentimientos nobles que nos fortalecen y aumenta en nosotros nuestra débil fe.
Y surgen de cada corazón meditando los Santos Misterios del Rosario que son la vida misma de Jesús, con nuestras oraciones del Ave María que se mezclan en distintos tonos de voces, para alabar al Señor en el recuerdo de la vida de María como Madre de Jesús, haciendo de ella, la primer apóstol y la más servicial de todos en esos inolvidables inicios de la vida cristiana.
Gracias a todos los que pudieron estar, en especial a los Grupos que organizaron cada semana la oración: Madrugadores, Misioneras de la Campaña de la Virgen Peregrina, Rama de Familias y esta última semana, la Rama de Señoras, aunque muchas personas se repiten, porque todas las instancias hacen que podamos crecer y ser mejores personas. Sabemos de las dificultades de cada cual, pero allí estuvimos cuando pudimos, honrando de flores la “Corona” de la Tres Veces Admirable María de Schoenstatt, para mostrarle que seguimos siendo fieles y que caminamos en esta imperfecta vida, tratando de cambiar, de ser mejores, de lograr esas transformaciones interiores del alma y alcanzar algún día la perfección que nos lleven a ese envío apostólico, tan necesario para mostrar estos caminos que no todos conocen aun, y al final de nuestros pasos, sentirnos transportados en el regazo de María que nos lleva al Encuentro definitivo con su amado hijo Jesús.
No podemos dejar de nombrar a quienes se esforzaron con sus grupos, inicialmente a quienes dieron “inicio” al “Sagrado Mes", Los Madrugadores, un gran equipo de varones, humanos, serviciales y comprometidos con Dn. Carlos Flores como coordinador: la Rama de Familias, con nuestros cantores y Agentes Pastorales Nelson y Alejandra que lideran la Rama de Familias; la querida y esforzada, alegre y entusiasta Evelyn López a quien le representamos nuestros respetos y cariño a cargo de sus Misioneras de la Campaña de la Virgen Peregrina, y en esta última semana a la Sra. Maria Teresa Muñoz, (Maryté), que en reemplazo de la Coordinadora de la Rama de Señoras, delicada de salud, y por quien rogamos por su pronta recuperación, mantuvo la oración latente en cada instante. “Nada Sin Ti, nada sin Nosotros”, y todo lo obrado en el Antes, Durante y en lo que queda del “Después”, por Don José Reyes y su esposa Anita, que siempre le ponen esa “salsa” o “bálsamo” de amor, y condimenta todo con armonía, arreglos, flores, y cariño, con velos y manteles, con luces y signos que son nuestra mejor forma de comprender los tiempos litúrgicos que vivimos, son sus siempre silenciosas y fructíferas obras, y agradecemos también a esas manos anónimas que llegaron con Rosas, con flores, y con esas ofrendas de pétalos olorosos y blancos para homenajear a María y que nos han regalado tantas alegrías y tanto recogimiento a la vez, en las cuatro semanas que parecieron un suspiro de gratitud y que nos permitirán celebrar este Lunes 8 de Diciembre la “Fiesta de la Inmaculada Concepción”, por las calles de Antofagasta, venerando el recuerdo de la Madre del Señor, cuya bondad, humanidad y servicio la hacen una mujer ejemplar y a quien deberíamos imitar para ser con ella cada día, un poco mejores que ayer.
En el corolario de esta nota; no podríamos haber sellado todas estas actividades espirituales de celebración del “Mes de María”, con la fiesta más importante de las fiestas del Católico: La Santa Misa, y tuvimos la presencia en cada madrugada de Sábado, en forma excepcional y por pura generosidad y amor a su apostolado, la presencia del Padre Gilberto Garay (“Que como él, No Hay”) (Chiste personal), y que con su humildad, espíritu de servicio y voluntad, nos acompañó desinteresadamente cada sábado en la peregrinación interna de oraciones como uno más de nosotros, y que selló cada jornada con la Santa Eucaristía: estamos en deuda con el Sacerdote y aparte de nuestras oraciones, le representamos la eterna gratitud por su servicio al Santuario.












































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