domingo, 20 de marzo de 2022

UN VÍA CRUCIS (3ro)

El viernes 18 de Marzo, “Día de Alianza”, compartimos con un reducido grupo de  hermanos y hermanas de la familia de Schoenstatt y para alegría nuestra varios Madrugadores,  un modesto Vía Crucis en un conocido circuito interno desarrollado en los alrededores del Santuario. Este es el segundo “Vía Crucis" del mes, iniciado el vienes pasado,  con motivo de estar viviendo el tiempo de la "Cuaresma", actividad que nos permite mejorar nuestra vida interior y espiritual y prepararnos para lo que solemos llamar la "Semana Mayor” en el próximo mes de Abril.

 Esta actividad seguirá desarrollándose los días viernes a las 19:00 hrs. y desde ya están todos invitados con sus familias.

 

Decía que era importante participar de estos actos de piedad, por cuanto nos permiten crecer espiritualmente y buscar entre la oración y entrega, ese camino tortuoso y difícil que vivió nuestro Señor, y que no es otra cosa que nuestra propia vida, y cada circunstancia  humana que vivimos en el día a día nos acerca a esa doloroso “camino de la cruz” que nuestro Señor Jesucristo enfrentó con la debilidad propia de hombre humano y con los inmensos dolores que debió ofrecer y superar.

 Esa condición humana de Jesús, es nuestro mejor ejemplo para enfrentar la circunstancias qe cada cual vive, y nos acerca al Maestro para estar con él en estos difíciles tiempos del mundo y de la Iglesia y en las  circunstancias personales de todos quienes  peregrinamos en este camino de la vida, para preparar el alma para el más importante paso que Dios nos tiene preparados y que  bien sabemos que desconocemos el día y la hora, pero  estamos presencialmente “allí” de pie en el terruño del Santuario, con muchas tormentas interiores que a veces nos decepcionan y consumen, pero fuertes  en la entrega y tratando de extraer del corazón nuestras propias penas y tristezas y hasta injusticias por cada cual vividas, para ofrecerlas como  una ofrenda de nuestra  pequeña y simple vida a la gran obra  del Señor y con ello  sentirnos acogidos con tantos defectos que tenemos, en la Capillita del Santuario, para pedirle directamente a los ojos de la Madre Celestial que nos siga dando fuerzas para enfrentar tantas  dificultades del día a día sonriendo un poco, al saber que el destino de cada día comienza y termina muchas veces en incertidumbres, en problemas, pero  acompañados y llenos de esa  necesaria ferza espiritual vital que nos regala el Santuario,  para sobrellevar lo dulce y amargo de la existencia.

 

La idea entonces, es estar preparados cada día para vivir nuestro propio “Vía Crucis” y sentirnos que todo lo que vivimos, es incomparable a lo que vivió el Maestro de las sandalias sencillas y de  mirada profunda y pura que nos amó desde antes de que naciéramos.

 

Hoy  deseo expresar gratitud a todos quienes asisten y nos motivan,  para decirnos que estemos presentes para acompañarnos mutuamente  en este difícil caminar de la vida, pero también sentirnos unidos más que nunca en la grandeza de la fuerza que Dos nos regala, para ir preparado el alma y  todo aquello que nos hará vivir una gran “Semana Santa”  con profunda espiritualidad y gratitud al Dios de la vida y a su Santisima Madre que siempre está allí silenciosa, acompañándonos y protegiéndonos con su mirada amorosa sosteniendo en sus fuertes brazos al niño Jesús.

 Que tengan buen domingo…

 

(Las fotos son  testimonios de trabajo común, de entrega y de oración y se  las comparto.  Alguna vez pueden servir para las historias futuras y los sagrados recuerdos.)

 



































































































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