martes, 3 de septiembre de 2019

MADRUGADA DEL 31 DE AGOSTO


Casi aplaudiendo por la última "Madrugada de Agosto", y Obedeciendo a la alegría que produce al plantearnos la eterna duda del viejo refrán de "los que pasamos AGOSTO", nos encaminamos -como en todas las oportunidades en que tenemos la dicha de concurrir a ese lugar de Gracias, el Santuario- en esta madrugada no tan fría, pero con muchas importantes ausencias, y digo importantes por que todos somos importantes para Dios y por supuesto sabiendo que vamos a compartir esas madrugadas con la madre del Señor, a ofrecerle el Santo Rosario de la mañana, a alabar cantar y adorar y en especial a vivir la Santa Eucaristía. En tal punto me quiero detener.¿Què haríamos sin el sacerdote o sin los sacerdotes que a veces ocasionalmente nos acompañan? A veces siento que el compromiso de los laicos con el Santuario es tan importante e inmenso, y que gracias a sus esfuerzos en la oración y la perseverancia se mantiene viva la fe a través de la lucecita de la oración y la constancia. Pero en gran parte la vida espiritual del Santuario, se la debemos a los sacerdotes Diocesanos y de órdenes religiosas, que se unen a la oración por pura buena voluntad y deseosos de servir siempre al Señor. En tal sentido, queremos agradecer a Dios por esos hombres serviciales que renunciando a su descanso, a su paz y a su comodidad, nos acompañan cada 15 días y en cada domingo de Eucarristía, agradeciendo en estas palabras su entrega, su vocación y su trabajo para el Señor. En cuanto a vocaciones, habiendo tantos laicos comprometidos y deseosos de servir, no se entiende muchas veces que las puertas para el servicio de los laicos en el Diaconado o en otras instancias de servicio, sean siempre caminos de tanta dificultad y haciendo muy complicados los accesos por existir tantas normas y reglas que más que ayudar a crecer en la fe, hacen que ésta se disminuya y no haya reencanto con las cosas de Dios, por ser muy humanos en las normas, y muy terrenales en un servicio, que Jesús mismo entregó a los mas humildes, sin tanta certificación, sin tanta educación, sin estar en el mundo de los letrados o los intelectuales, sino más bien en esas almas llenas de sabiduría por la vida y voluntad, más que en esas armas del intelecto que a veces nos llevan a saber tanto e ignorar tanto y olvidarse de la esencia de servir. Pero son las reglas a que estamos mal acostumbrados y como nadie las dice, nadie las asume y nadie las mejora. En cuanto a nuestra espiritualidad, este fin de semana fue de muchas ausencias, por trabajos y por muchas situaciones. Especialmente quiero saludar en este blog a Xavier Ayora, a quien tuve el gusto de divisar este domingo 1 de septiembre en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, y que fuera recientemente operado de unas cataratas, los cual justificadamente le han obligado ausentarse da las actividades, pero sabemos que su camino es siempre con Dios, y con su distinguida esposa que lo acompaña y con quienes han construido el más ejemplar y hermoso camino a la Santidad y al amor y que lo viven y lo hacen ejemplarmente entre nosotros, comprobando también que el amor de Dios se manifiesta también en este sagrado Sacramento y que las personas no dejan de seguir a Dios en los caminos que desean comprometer su vida Queremos saludarlos como matrimonio ejemplar y desearles siempre que el amor los una y sigan siempre tomados de la mano de María, para que hagan de su vida lo que siempre ha sido un gran ejemplo de Servicio a Dios. Y a nuestros Madrugadores ausentes, les recordamos como siempre, especialmente a nuestro coordinador Pedrito Osses, a nuestro amigo Juan Carlos Parra, a Claudio Jeria, a Alejandro Asalgado que a veces viaja de Calama, a Lino Tejeda, a David Finch que llega siempre y sorpresivamente para la foto final,(jajajaja), a Omar Cariseo, a Carlos Vàsquez, y a todos aquellos cuyos nombres en esto momento se me quedan en el tintero pero que estuvieron presentes en nuestras oraciones.

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