Nuestra madrugada fue bastante diferente, no en espiritualidad,
compromiso u oración, sino más bien con una sensación de vacío, por la ausencia
de nuestro capellán y asesor espiritual,
que lamentablemente por esos días, se
encontraba aquejado de una dolencia física, por lo cual debió cumplir con un
reposo médico absoluto. Sin embargo su ausencia
física, fue solo eso, por que en verdad estuvo presente en toda la madrugada,
por que ofrecimos todas nuestras oraciones,
desde el Rosario del Alba hasta
las últimas plegarias, por su pronta recuperación, respetando absolutamente y en
silencio su reposo y descanso, y
sabiendo además que era muy necesario, sin considerar que debió seguir cumpliendo tareas paralelas que lo llevaron a compartir algunas
instancias en el Cursillo de Cristiandad
de damas, y cumpliendo puntualmente el
domingo 2 de junio con la Misa de los
Madrugadores, donde ofició con evidentes muestras de dolor a su columna. La
Misa fue también un momento de intensa oración y entrega.
Ante este evidente ejemplo de servicio y humildad de nuestro
capellán, debemos reconocer en él, un gran hombre de sencillez extrema, consagrado al Señor. De
gran vitalidad y fuerza pastoral constituyéndose en un gran ejemplo. En la
figura del Padre Hugo, en su humildad característica y en su locuacidad Evangélica y acertada, vemos la presencia de
tantos sacerdotes que luchan incansables en un mundo de tanta indiferencia por
hacer “Vida” la palabra del Señor y compartir el Evangelio en el largo camino a la Santidad del día a día,
acompañando espiritualmente no solamente a “su” comunidad, sino que extendiendo
su voluntad y espíritu de servicio a muchas comunidades e instancias de
crecimiento de la fe. Es bueno reconocer y entender que sin su trabajo, quedaríamos
muchos fieles a la deriva, buscando la mejor forma de vivir nuestra vida de
amor a Dios, pero ausentes de lo que las manos consagradas de los sacerdotes
nos permiten vivir y compartir: La Santa Eucaristía.
Fue nuestra madrugada de oración por el Padre y por las
necesidades de cada uno de nosotros; oramos por el éxito de la colecta “María Ayuda”, que se
inició el viernes 1 de Junio en la mañana, y donde tuvimos, junto a muchas
voluntarias(os), la oportunidad de compartir y
que me permito difundir en este
blog, no para la figuración de quienes
estamos retratados allí, sino para que en otras oportunidades futuras, se
entusiasmen y cooperen a la obra de María Ayuda, donde la Mater también está presente y donde trabajan con entusiasmo
miembros de la familia de Shoenstatt, no solamente en Antofagasta, sino que en
todo Chile.
Agradecemos desde esta página a Rodrigo y Leticia, quienes
nos motivaron a coopera y que estuvieron liderando esta colecta y en la cual
pudimos, anmbre de los Madrugadores, gratamente servir.
Gracias a Dios por
tantas oportunidades que nos regala, y los que no estuvieron presentes por sus compromisos familiares y laborales, sabemos que en el fondo de su corazón tuvieron
la buena intención, y eso es lo que tiene gran valor: la voluntad de estar
dispuestos siempre a servir.
Como Madrugadores, hemos asumido en conjunto un nuevo desafío:
Atendiendo la cordial invitación que nos hiciera el Padre Galo, Capellán de la
Capilla Militar, concurriremos a una Madrugada Especial a ese sagrado recinto,
para compartir junto a los hermanos de ese sector y comunidad, una madrugada de
oración tradicional, por lo que necesitamos difundir en la comunidad de la Capilla
Militar, nuestra presencia y entusiasmar a los más remolones, o aquellos que por la distancia no pueden
concurrir al Santuario a compartir nuestras
madrugadas.
Nos hemos comprometido para asistir puntualmente a esta
actividad, llevando las “Gracias” de la Mater a través de la imagen auxiliar de
la Campaña de la Virgen Peregrina, para que sea ella la que presida en ese recinto
Mariano de culto a la Virgen del
Carmen, y nos permita ese regalo de encontrar nuevas fuentes de enriquecimiento espiritual de los varones, que en el mundo de
hoy se hace tan necesario conquistar, en beneficio de sus hogares, familias y constante
crecimiento espiritual.
Pedimos desde ya a nuestra Santa Madre nos apoye en este envío,
y podamos compartir esta instancia de oración
con nuestros hermanos, y si Dios así lo quiere, fundar una nueva comunidad de
la Capilla Militar, continuando nosotros con nuestro apostolado en el Santuario
y compartiendo, al menos una vez cada dos meses, madrugadas masivas para estrecharnos en un abrazo de hermandad fraterna y cariñosa en torno a la Mater.
Seguimos rogando por la salud de nuestro capellán Hugo Cuevas
y pedimos también por el Padre Galo Morrinson, que tiene una gran tarea que cumplir en ese
sector, a veces inhóspito y de tanta dificultad, pero que con la presencia de
Jesús en su propia vida y ejemplo, no
cabe duda que irá poco a poco entusiasmando
a esa comunidad para Cristo. Nuestros sacerdotes merecen todo nuestro apoyo, oración
y definitivamente demostrarles que los
queremos, cuidamos y protegemos. Son humanos, “consagrados”, pero viven con
doble intensidad los ataques del demonio,
por eso debemos estar siempre con ellos y ayudarles en sus humildes tareas.
Esperamos con ansias un nuevo Encuentro. Un abrazo a todos.
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