domingo, 20 de noviembre de 2011

EN LA PARTIDA DE NUESTRO HERMANO DIEGO, NUESTRO RECUERDO.

(Un recuerdo de esas tantas Madrugadas junto a nuestro hermano Diego.)

Queridos Hermanos Madrugadores:
Ha querido el Señor, autor de todo lo creado, disponer nuevamente de su Santa Voluntad para llamar a nuestro amigo y hermano Madrugador, Diego Varas, a su Santo Reino, razón por la cual, sentimos la necesidad de rendirle desde esta humilde tribuna, dedicada a nuestra forma de vida y a esta corriente de Gracias que emana desde el Santuario de Shoenstatt, un sincero homenaje de recuerdo por la valentía de haber mostrado su condición de discípulo del Señor y habernos acompañado en una labor de verdaderos caballeros, buscando el consejo maternal de nuestra Madre María, para afrontar los dolores propios de la vida, y sobretodo de aquellos que nos produce la enfermedad, oportunidad en que abrimos nuestro corazón para que Dios y su Santísima Madre, la mujer de valor inconmensurable que nos ha dado muestras de verdadera fortaleza al soportar con tanta valentía la muerte de su propio hijo Jesucristo, comprendiendo y acercarnos a su gran humildad, para hacernos más liviana la carga dolorosa de nuestra condición humana.
Sabemos del dolor de la partida por que a cuántos de nosotros nos afecta el sentimiento de dolor, cuando experimentamos el término de la vida terrena de nuestros amigos y/o familia. Y en ese mismo espíritu nos unimos hoy como hermanos, por que sentiremos la ausencia de Diego, su humildad y sus muestras de ser un hombre de fe, y que llegó esas mañanas silencioso pero alegre, lleno de cariño, a ofrecer su madrugada, que es una ofrenda de sacrificio, para presentarse valientemente donde la Mater y su Divino Hijo y manifestarle su predisposición de seguirles para alcanzar en el tiempo, lo que hoy vive: La vida eterna, fundamento básico del Credo y de nuestra vida de Cristianos.
Estaremos con tu rostro en nuestro recuerdo, con tu simpatía y silencio, pero también con tu irremplazable bondad, tu generosidad y tu deseo de servir en nuestra comunidad, sin dejar de cumplir tus obligaciones terrenales en medio de ese mundo tan personal, agradeciendo siempre tus sinceras expresiones de amistad, cariño y sentimientos que son la muestra que fuiste un gran hombre.
No nos olvides y en esa cercanía que te encuentras ahora con Dios, ora por nosotros, danos tu valentía y tu perseverancia y tus valores, para hacer de nosotros mejores personas, mejores amigos, mejores Cristianos. Cantaremos para ti la canción que tanto amabas “A cambio de nada”, por que ella era tu favorita, y sin duda el himno de la humildad y el compromiso para con el Señor, que nos da todo y no nos pide nada. No cabe dudas que eres uno de sus tantos elegidos y en esa condición estarás al lado del Señor esperándonos recibirnos en nuestra partida. Ojala tengamos los méritos para alcanzar ese lugar Santo y podamos vencer nuestras pequeñeces, nuestra naturaleza de pecado, para alcanzar esos caminos que tú querido amigo Diego, recorres hoy en paz.

1 comentario:

claudio dijo...

Si pues amigo la partida de Diego , una partida esperada como dirian algunos que la padecen , el señor lo envio a su quinto dia , pero con la felicidad de un cristiano , es que Diego pinto este mundo de colores y cuando el señor lo llamaba a un equipo el siempre un si ,eso lo destacaba de ser tomado por la mano del Señor y como la cancion A CAMBIO DE NADA, pero es SENCILLAMENTE HERMOSO , y ahora el esta en la Presencia del Señor.

claudio bustos